Si algo ha caracterizado las decisiones nacionales en cuanto al manejo de la COVID-19 es que se han tomado con base en las evidencias científicas y en los resultados de las estrategias de países que llevan la delantera en cuanto al control de la enfermedad. Algunas vacunas están en estudio, tras efectos adversos registrados días después de su aplicación, pero no todas están siendo o serán aplicadas en Colombia.
La vacuna de AstraZeneca, cuyas dosis comenzaron a llegar a finales de febrero al país a través del mecanismo COVAX, fue sometida a un riguroso estudio por parte de los entes regulatorios de los Estados Unidos (FDA) y de la Unión Europea (EMA). Ambos se dedicaron a estudiar el porqué de las situaciones adversas registradas y confirmaron que se trataron de hechos aislados que no ponen en riesgo a las personas que se inmunizan con este desarrollo. Así las cosas, el mundo tiene luz verde para seguir con la aplicación del biológico de AstraZeneca.
El martes 13 de abril, otra advertencia activó las alarmas en el mundo. Las agencias federales de salud en Estados Unidos pidieron suspender inmediatamente la vacunación con el desarrollo contra la COVID-19 de Johnson & Johnson, luego de que se registraran seis casos de trombosis entre las 6,8 millones de dosis aplicadas en el país.
Tanto la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) detuvieron la distribución y aplicación en los centros de vacunación federales y pidieron a las autoridades estatales hacer lo mismo. La suspensión también fue adoptada en la Unión Europea, así como en Sudáfrica, país que ya aplicó 300.000 dosis al personal sanitario.
En Colombia, a pesar de que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) dio autorización de uso de emergencia a este antídoto para ser aplicado en el país, las dosis aún no llegan al territorio nacional, por ende, no forman parte, actualmente, del Plan Nacional de Vacunación. Las marcas de vacunas que se están aplicando en el territorio nacional hoy día (Pfizer, AstraZeneca y Sinovac) tienen todo el aval de las autoridades sanitarias internacionales.
En Gestarsalud.com conversamos con funcionarios del INVIMA, quienes aseguran, sobre la aplicación de la vacuna de Johnson & Johnson en el país, que el ente regulador nacional se encuentra en constantes conversaciones con la FDA, que es el organismo encargado de determinar la implicación de los eventos adversos registrados y la conveniencia o no de seguir aplicándolo. Por ahora, la vacuna no ha llegado al país ni será aplicada.
El ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruíz Gómez, ha insistido en reiteradas oportunidades sobre la cautela que tiene su despacho en cuanto a la selección de vacunas contra la COVID-19. Tanto así que lanzó datos concretos para poder aterrizar la discusión y, sobre todo, entregar un parte de tranquilidad: mientras el riesgo de generar trombos con esta vacuna (AstraZeneca) es de menos de 1 en 1 millón, para el caso del consumo de anticonceptivas es de 1 por cada 10 mil personas.
Hasta ahora en el país no se han registrado manifestaciones adversas importantes que requieran la suspensión de alguno de los antídotos que se está aplicando.
Cabe recordar que, por lo demostrado hasta ahora con las vacunas que están siendo aplicadas en Colombia, son mucho menores los efectos adversos que pudiera generar la inoculación, que las implicaciones de la COVID-19: complicaciones físicas, hospitalización, intervención en Unidad de Cuidados Intensivos, efectos secundarios tras superar la enfermedad y la muerte.
En un trabajo de investigación desarrollado por el medio estadounidense New York Times el rotativo asegura que «los funcionarios de salud temen que cualquier retroceso en las vacunas pueda sembrar las semillas del próximo brote calamitoso, que inunda los hospitales y exporta nuevas mutaciones en todo el mundo. En esos lugares, dijeron los médicos, las matemáticas son obvias: muchas más personas morirán sin las vacunas AstraZeneca y Johnson & Johnson que con ellas».
Indica el New York Tomes, que «en medio de las preocupaciones sobre la coagulación, la Organización Mundial de la Salud y la Unión Africana no han vacilado en recomendar el uso de las vacunas AstraZeneca y Johnson & Johnson».