Efectivamente, hay reactivación económica. Buena parte de los espacios del país están funcionando; aerolíneas, parques, algunos balnearios, cines, pero esto no puede confundirse con normalidad. En diciembre del año pasado la falsa sensación de seguridad que daba la reapertura de la economía, provocó un segundo pico epidemiológico de contagios y muertes por COVID-19, las autoridades lo habían advertido. La situación no es distinta en el contexto de esta Semana Santa: el llamado es a evitar la visita de familiares que no formen parte del núcleo de convivencia, a evitar sitios conglomerados y a, en lo posible, mantenerse resguardados en los hogares. Un tercer pico amenaza con llegar y estas pueden ser las complicaciones en los próximos días.
Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública, asegura que el tercer pico de la pandemia ya es una realidad en varias zonas del país (Atlántico, Antioquia, Valle del Cauca, Magdalena, Caldas y Meta), situación que debería promover la disciplina en la ciudadanía. «Quedarnos en casa es lo mejor que podemos hacer en esta Semana Santa. Para las personas que son creyentes y que celebran las actividades de la iglesia católica, lo importante es recurrir a la oración, pero en las casas y evitar asistir a templos. No está recomendado moverse de casa durante estos días».
La experta recuerda que la variante brasilera está circulando en el país; de ahí que las medidas de bioseguridad deban ser más estrictas. Las complicaciones, entre 7 y 14 días después de la semana mayor, pueden darse tanto en el aumento de casos y muertes, como en la posibilidad de nuevos confinamientos masivos, que, a su vez, afectan directamente en la economía de las personas y en su salud mental. Las rutinas escolares, que apenas comienzan a retomar su habitual ritmo, también podrían verse afectadas por una tercera ola de COVID-19.
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El llamado de la líder de la Asociación Colombiana de Salud Pública es a respetar las normas de bioseguridad establecidas, a evitar frecuentar a familiares, a evitar lugares poco ventilados, a evitar lugares concurridos y a evitar conversaciones y estadías prolongadas dentro de las iglesias. Recomienda a los fieles de la iglesia católica comulgar e inmediatamente cubrir su boca y nariz con el tapabocas. Lavar las manos al llegar a casa y mantenerse en sus hogares. Asegura que la vacunación aún no ha tenido efectos importantes en el comportamiento de la nueva enfermedad en el país.
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Recuerda, además que, según las últimas cifras del DANE, de febrero de 2021, hay más de dos millones de hogares en el país que dejaron de consumir, al menos, una de sus tres comidas diarias reglamentarias, un indicador preocupante que muestra las condiciones en las que se encuentra todavía Colombia en términos de pobreza y condiciones socioeconómicas. De ahí que posibles confinamientos, dados por un nuevo pico epidemiológico que consuma todos los cupos en UCI, podrían empeorar aún más las condiciones nacionales.
Si bien los niños necesitan recrearse, esto se puede lograr sin tanta exposición. El cierre de las escuelas podría resultar en una afectación mayor de la salud mental de la población escolar. Considera que en las ciudades donde la ocupación en UCI está por encima del 50 % las medidas restrictivas deben mantenerse durante estos días festivos, sin dejar de lado la aplicación de pruebas, incluso aleatorias, para mantener un diagnóstico y manejo adecuado en este contexto de la semana mayor.