Uno de los momentos más especiales e importantes en la vida es el del alumbramiento. El nacimiento es, por excelencia, un momento sublime, esperado, lleno de emotividad, amor y, a pesar de que muchas veces ocurre en condiciones preocupantes, la llegada de un nuevo miembro a la familia suele ser una recompensa divina. Pero la COVID-19 ha cambiado todo. Las formas, los modos, las costumbres, los hábitos y las esperanzas.
Tal ha sido la afectación que el nuevo coronavirus ha obligado a los equipos de salud a adoptar nuevos modelos de atención basados en la escasa evidencia disponible y ajustándolos en la medida que se genera nuevas evidencias. Los efectos neonatales del virus SARS-CoV-2, las vías de transmisión, las medidas de prevención y tratamiento son todas áreas actualmente en estudio. En estas recomendaciones los autores sintetizan la información disponible en la literatura primaria y en las recomendaciones de diversas entidades internacionales ajustándolas a las particularidades locales.
Una publicación hecha por la Revista Chilena de Pediatría habla de recomendaciones, que enfatizan las medidas de prevención de transmisión de la enfermedad al recién nacido, al equipo de salud y a otros usuarios del sistema de salud en un contexto de facilitar la participación informada de los padres en la toma de decisiones.
En este sentido, los expertos hablan de varios escenarios y ofrecen sus recomendaciones:
1. Embarazada sin antecedentes de riesgo ni sospecha de infección
Al momento del parto incluir un solo acompañante que no tenga síntomas respiratorios y no tenga factores de riesgo de la infección. De lo contrario, no se recomienda su ingreso ni contacto con el recién nacido.
– Fomentar el contacto piel a piel de inmediato, el inicio de la lactancia dentro de la primera hora de vida y el clampeo tardío de cordón, como es habitual.
– Extremar la higiene de manos y avisar al obstetra o matrona de inmediato si se presentan síntomas o signos de infección respiratoria. Es importante informar también la posibilidad de contacto con alguna persona enferma.
– De ser posible, la madre y el recién nacido deben ser dados de alta precozmente y suspender las visitas durante su estadía en el centro médico (solo un acompañante sin síntomas respiratorios y sin factores de riesgo).
2. Embarazada o madre con sospecha o infección confirmada de COVID-19
Una madre sospechosa se tratará como madre COVID-19 (+) hasta tener el resultado de la prueba PCR específica para COVID-19. Si la PCR es negativa se debe continuar el manejo como embarazo sin antecedentes de riesgo ni sospecha de infección.
Salvo emergencias o parto inminente, se sugiere que todo parto de madre sospechosa o confirmada con COVID-19 sea atendido, preferiblemente, en hospitales que cuenten con Unidades de Neonatología de nivel III.
3. Previo al parto
a) Notificar a la Unidad de Obstetricia y Neonatología antes de la llegada de la paciente.
b) Implementar medidas de aislamiento de contacto, gotitas y elementos de protección personal (EPP) para la paciente y el personal de salud, de acuerdo con los protocolos locales.
c) Si la paciente se hospitaliza:
– Toma de muestra para PCR COVID-19 a la embarazada para la confirmación de la infección.
– De acuerdo con el resultado se mantendrán o suspenderán las medidas de aislamiento.
– Estas medidas se mantendrán durante el parto, independiente de la vía de parto.
d) Previo al nacimiento se entregará a la madre y a su acompañante la información para evitar el riesgo de infección del recién nacido. El acompañante dentro del hospital no debe ser contacto de la madre ni sospechoso de COVID-19.
4. Al momento del parto
a) Se aceptará un solo acompañante sano durante el parto. El acompañante no debe ser contacto sospechoso de COVID-19 ni sintomático respiratorio y por lo tanto debe tomar las mismas precauciones que el equipo médico en cuanto a uso de EPP.
b) El equipo obstétrico que asiste directamente el parto deberá utilizar precauciones estándar y precauciones de contacto (delantal con manga larga y guantes), mascarilla N95 por la posibilidad de generación de aerosoles y antiparras o escudo facial. Se deberá tener las mismas precauciones para el manejo de las deposiciones y orina de la paciente.
c) Se sugiere no realizar clampeo tardío de cordón considerando los potenciales riesgos y la escasa información actualmente disponible.
d) El recién nacido deberá ser recibido por personal profesional entrenado, no alumnos.
e) Contacto piel con piel:
– Asintomática y recién nacido a término: se puede ofrecer contacto piel-piel manteniendo las precauciones para evitar transmisión al recién nacido (uso de mascarilla quirúrgica en la madre, lavado de manos o higienización con alcohol gel y limpieza de superficies).
– Sintomática o parto prematuro: no se recomienda el contacto piel a piel al momento del parto. Se recomienda a los equipos médicos que, si la madre lo solicita, a pesar de la recomendación, quede registrada su decisión en la ficha clínica con la firma de la madre.
Si no se hace contacto piel con piel y las condiciones de la madre lo permiten, la matrona podría ayudar a la madre a extraer gotas de calostro dentro de la primera hora de vida para estimular inicio de la lactancia y mantener extracciones cada 3 horas. Se procurará transmitir a la madre información acerca del estado del recién nacido mientras no pueden estar en contacto.
f) En la atención inmediata el recién nacido será atendido por un profesional con medidas de precaución de contacto, mascarilla quirúrgica, antiparras o escudo facial, delantal y guantes, idealmente en el mismo lugar del parto o en un lugar especialmente habilitado para estos pacientes. Si se anticipa una posible intubación, se recomienda uso de mascarilla N95.
g) Al recién nacido se le realizará una muestra de PCR específica para SARS-CoV-2 nasofaríngeo (no por aspiración) entre las 2 y 6 horas de vida (para evitar contaminación con secreciones maternas).
h) Si el recién nacido nace con síntomas (respiratorios u otro) debe ser hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal.