La ciencia local sigue avanzando en aras de optimizar los procesos y las decisiones de salud pública frente al Covid-19. Un destacado equipo de investigadores del departamento de Química de la Universidad Nacional (UNAL), con el apoyo de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá, ha ideado una forma de abaratar costos y tiempos en el procesamiento de las pruebas diagnósticas del nuevo coronavirus. La intención es la de ofrecer una alternativa que complemente los procesos existentes en el país.
Para conocer detalles de esta innovación, entrevistamos al doctor Mauricio Urquiza, docente de la Facultad de Ciencias de la UNAL, y líder del desarrollo quien aclaró que no se trata de un nuevo tipo de prueba diagnóstica, sino de la simplificación del proceso diagnóstico en aras de reducir los costos y el tiempo en la entrega de resultados.
Explicó el galeno que la detección del virus se divide en tres pasos: el primero es la toma de la muestra, el segundo es la extracción del RNA y el tercero es la identificación del RNA. Así funcionan la mayoría de los métodos moleculares para detectar el virus, asegura.
“La extracción del RNA es un proceso crítico: se puede perder la muestra, es un proceso costoso, requiere tiempo, requiere equipos especializados, materiales e insumos. Lo que hicimos fue buscar una forma de saltar el segundo paso. Para ello, hubo que diseñar una solución que inactivara unas enzimas que hay en toda muestra (rnasas), pero lo que las inactiva no tiene que interferir con el proceso de detección y, además, tiene que ser económico para que valga la pena. En eso trabajamos, en una solución que agregada a la muestra inactive las rnasas y no necesite el RNA, sino que va derecho a la detección. Se ha probado con las técnicas normales que se utilizan en los laboratorios, pero sin ese segundo paso, costoso y delicado, y la concordancia es de más del 90 %, tanto para las muestras de alta carga viral como para las que tienen baja carga viral”.
Mauricio Urquiza, docente de la Facultad de Ciencias de la UNAL.
Hasta el momento se ha hecho un primer ensayo con 80 muestras de pacientes reales. Es necesario hacer uno más grande. Para ello, la UNAL introdujo un proyecto en la Secretaría de Salud Distrital de Bogotá para desarrollar un ensayo con unas 700 muestras. De ahí se pueden obtener resultados concluyentes sobre el proceso.
¿Cómo funciona?
Urquiza indicó que se trata de un proceso sencillo, llamado PCR isotérmica o LAMP: se coloca la muestra, con la solución desarrollada por el equipo de la UNAL y los reactivos propios del método de detección. Se calienta a 65 grados por media hora en una plancha de calentamiento, que se encuentra en todos los laboratorios, por sencillos que estos sean.
“Es un método que se utiliza ya en muchas partes del mundo, pero en Colombia apenas se empieza a trabajar. Reduce los costos de los procesos entre un 30 y 50 %”.
Si el LAMP es aprobado, este tipo de diagnóstico puede hacerse en cualquier parte. Los resultados se obtienen en una hora; desde el momento en que se toma la muestra y se procesa.
Una vez en la plancha de calentamiento, si la muestra se torna amarilla es porque el paciente está infectado, si se torna roja es porque no hay infección. Si, por el contrario, el color no es definitivo, es porque la carga viral aún no es suficientemente alta o baja. En estos casos, la prueba se puede repetir al otro día sin mayores costos y complejidades.
“Hemos descubierto que hay más del 90 % de concordancia en los resultados en comparación con los métodos tradicionales. Este hallazgo ayuda al país a tomar decisiones de salud pública más rápidas y efectivas. Si una persona está infectada y el examen se demora, se demora también la decisión de aislarlo. Es un diagnóstico ideal para aeropuertos, terminales y empresas que requieren conocer el estado de salud de sus trabajadores. La sensibilidad de estas pruebas es un poquito más baja que las demás, pero tiene una mejor efectividad que las pruebas rápidas. Funciona perfectamente para ir descartando”.
Se espera la aprobación de la Secretaría de Salud de Bogotá para iniciar los ensayos finales.
La idea es que el proceso sea económico, rápido y se pueda aplicar de manera masiva y complementaria.