Expertos afirman: abrazos de fin de año sólo al núcleo familiar más cercano

Los humanos como seres sociales, necesitan afecto, contacto y relaciones para poder sobrevivir como especie. Este 2020 ha sido un año que, por cuenta del Covid-19, se ha visto limitada esta necesidad natural del humano como especie y lo ha llevado a replantear las relaciones para mitigar los efectos adversos que las distancias y restricciones ocasionan en nuestras emociones y salud.

El año ya va a terminar y hoy más que nunca, un fuerte abrazo que soporte todo el dolor, la carga emocional y hasta la felicidad por salir airosos de esta pesadilla llamada pandemia se hace necesario para arrancar el 2021 con fe, paciencia y resiliencia. Sin embargo, en Colombia las Unidades de Cuidados Intensivos siguen llenándose. El Covid-19 sube en número de casos y muertes. Ante este panorama los expertos en salud pública recomiendan ser prudentes a la hora de regalar un abrazo de fin de año.

“La paz sea contigo”, exclama el sacerdote en la eucaristía. Un ritual sagrado y lleno de significado para el cristiano católico en medio de un acto solemne como la Santa Misa. Un abrazo en ese contexto regala paz, amor, libera de egoísmos y rompe las barreras sociales impuestas por el hombre en su afán de separar a la especie, de calificarla y clasificarla.

Un abrazo, sana, alivia, reconforta. Pero ahora, desde que el SARS-CoV-2 habita el planeta, una reverencia basta para tratar de dar todo lo que se da en un abrazo.

Foto cortesía: 20minutos.es
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Esa es la recomendación para este fin de año: abrazar solo a aquellos que forman parte del núcleo familiar. El epidemiólogo clínico Andrés Felipe Estupiñán fue muy claro al respecto: algunos estudios y modelos dan cuenta de que el riesgo de contraer Covid-19 tras un abrazo varía, e incluso que podría ser bajo, pero que ese riesgo sea bajo no significa que no exista, aseguró en entrevista con El Heraldo, de Barranquilla.

Para el experto, no es prudente regalar abrazos a personas que están fuera del núcleo familiar más estrecho. “En esta época de fin de año considero ideal no aumentar la carga sobre el sector salud y tratar de disminuir la probabilidad de que las personas más vulnerables de la sociedad se enfermen gravemente y mueran por el virus. Debemos reducir aquellas actividades que aumenten de manera innecesaria el riesgo de contraer y propagar el coronavirus, recordemos de nuevo que nuestras acciones deben encaminarse ante todo a no hacer daño”.

La misma reverencia que se hace en este momento en la Eucaristía, al momento de dar ‘la paz’ es suficiente para despedir este año. Un contacto simbólico con el puño cerrado o el codo resultan suficientes para mitigar los riesgos de contagio.

Reducir las celebraciones a las personas más cercanas
es lo ideal.

Ya habrá tiempo para celebrar a lo grande, cuando la vida y la salud sean lo que domine en este 2021. Pero, mientras que la nueva enfermedad sigua asechando silenciosamente, la prudencia y la paciencia resultan indispensable en ese intento de superar la situación con éxito. 

¡Feliz Año, Colombia!  

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