Uso excesivo de pantallas afecta el coeficiente intelectual de nativos digitales

No es moda, tampoco tendencia. El uso excesivo de dispositivos digitales está colaborando en una disminución considerable del coeficiente intelectual en las generaciones que se están gestando. En un interesante trabajo publicado por BBC Mundo, el neurocientífico Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud de Francia, cuenta cómo los dispositivos digitales están afectando gravemente, y para mal, al desarrollo neuronal de niños y jóvenes.

Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud de Francia.
Foto: educaciontrespuntocero.com

El experto asegura que el coeficiente intelectual de las personas se mide con una prueba estándar, que es modificada y revisada con frecuencia. Lo común hasta hace unos años ha sido que el coeficiente intelectual aumente de generación en generación (efecto Flynn), sin embargo, la tendencia ha comenzado a invertirse en países como Noruega, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y Francia. Desmurget asegura que, aunque en el coeficiente intelectual influyen factores como el sistema de salud, el sistema escolar y la nutrición, en los países mencionados el factor socioeconómico se ha mantenido estable en la última década, y aun así efecto Flynn se ha reducido.

Como respuesta del fenómeno asegura que, aunque aún no es posible determinar el papel específico de cada factor, incluida la contaminación (especialmente la exposición temprana a pesticidas) o la exposición a las pantallas, lo que sí es seguro es que, si el tiempo que un niño pasa frente a una pantalla no es el único culpable, tiene un efecto importante en el coeficiente intelectual.

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«Varios estudios han demostrado que cuando aumenta el uso de la televisión o los videojuegos, el coeficiente intelectual y el desarrollo cognitivo disminuyen. Los principales fundamentos de nuestra inteligencia se ven afectados: el lenguaje, la concentración, la memoria, la cultura (definida como un corpus de conocimiento que nos ayuda a organizar y comprender el mundo). Estos impactos conducen a una caída significativa en el rendimiento académico».

Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud de Francia.

Según el experto, el tiempo que se pasa ante una pantalla por motivos recreativos retrasa la maduración anatómica y funcional del cerebro dentro de diversas redes cognitivas relacionadas con el lenguaje y la atención. Por otro lado, las actividades relacionadas con la escuela, el trabajo intelectual, la lectura, la música, el arte y los deportes tienen un poder estructurador y nutritivo del cerebro mucho mayor que las pantallas recreativas.

Defiende el uso de herramientas digitales como insumo académico y laboral, pero como herramienta didáctica y recreativa la considera una opción errada y peligrosa.

«Antes de establecer los horarios en el uso de pantallas, los niños y adolescentes necesitan que se les diga que las pantallas recreativas dañan el cerebro, perjudican el sueño, interfieren con la adquisición del lenguaje, debilitan el rendimiento académico, perjudican la concentración y aumentan el riesgo de obesidad. Algunos estudios han demostrado que es más fácil para niños y adolescentes seguir las reglas sobre las pantallas cuando se les explican y se discute con ellos su razón de ser».

En este sentido, sugiere que, a partir de los 6 años, si se adaptan los contenidos y se conserva el sueño, se puede llegar hasta media hora al día, incluso una hora, de uso de pantallas. Antes de los seis años lo recomendable es que no se usen dispositivos electrónicos.

«Otras reglas relevantes: nada de pantallas por la mañana antes de ir a la escuela, nada por la noche antes de irse a la cama o cuando estén con otras personas. Y, ¡sobre todo!, nada de pantallas en el dormitorio.

Foto cortesía: Pexels (August de Richelieu).

Algunas legislaciones

El tema es serio. En Taiwán, el uso excesivo de pantallas es una forma de abuso infantil, razón por la cual se ha aprobado una ley que establece fuertes multas para los padres que exponen a niños menores de 24 meses a cualquier aplicación digital y para aquellos que no limitan el tiempo de pantalla de los niños entre 2 y 18 años.

«En China, las autoridades han tomado medidas drásticas para regular el consumo de videojuegos por parte de menores: los niños y adolescentes ya no pueden jugar de noche (entre las 22 horas y las 8 horas) ni exceder los 90 minutos de exposición diaria durante la semana (180 minutos los fines de semana y las vacaciones escolares).

Las consecuencias de la era digital

En palabras del neurocientífico Michel Desmurget, las consecuencias de la era digital se verán en un aumento de las desigualdades sociales y una progresiva división de las sociedad entre una minoría de niños preservada de esta ‘orgía digital’, que poseerán a través de la cultura y el lenguaje todas los herramientas necesarias para pensar y reflexionar sobre el mundo, y una mayoría de niños con herramientas cognitivas y culturales limitadas, incapaces de comprender el mundo y de actuar como ciudadanos ilustrados.

«Un mundo triste en el que, como decía el sociólogo Neil Postman, se divertirán hasta la muerte. Un mundo en el que, a través del acceso constante y debilitante al entretenimiento, aprenderán a amar su servidumbre. Perdón por no ser más positivo. Tal vez (y eso espero) estoy equivocado. Simplemente no hay excusa para lo que les estamos haciendo a nuestros hijos y cómo estamos poniendo en peligro su futuro y desarrollo».

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