La vacuna contra el Covid-19 ha resultado ser una carrera de política en salud pública que grandes potencias del mundo están librando como una estrategia de nuevos relacionamientos y alianzas. Estados Unidos y China son dos de los competidores que lideran la ambiciosa carrera. Sus desarrollos de biológicos no solo buscan contrarrestar la nueva enfermedad, sino que con esta premisa esculcan la manera de posicionarse como los héroes del contexto sanitario mundial.
China lo ha dicho abiertamente: pretende llegar a los países con los que Estados Unidos no ha sido solidario, en Asia, África y América. El nuevo coronavirus comenzó en Wuhan, la capital de la provincia Hubei, en China central, a finales de 2019, desde donde se extendió a todo el mundo, convirtiéndose en la pandemia más mortal del siglo XXI.
Sobre la responsabilidad de China con las condiciones sanitarias que hoy enfrenta el planeta por cuenta del Covid-19 se ha dicho mucho: señalamientos, implicaciones y hasta posibles castigos, sin embargo, el país asiático necesita salirle al paso a todas las acusaciones que le han hecho, y en la actualidad, no sólo es uno de los países con más desarrollos de vacunas en estudio, sino que además está elaborando una política internacional de cooperación en este sentido.
En un trabajo de investigación que hizo The New York Times y que publicó en septiembre, el rotativo asegura que el país está usando la expectativa del descubrimiento del fármaco como una “ofensiva seductora destinada a reparar relaciones dañadas y a acercarse a sus amigos de regiones que considera primordiales para sus intereses”.
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A diferencia de Estados Unidos, a principios de octubre China se unió a la alianza global COVAX, la plataforma mundial liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que apoya la investigación y el desarrollo, así como la fabricación de una vacuna contra el Covid-19 y asegura una distribución justa y equitativa en el mundo. «El acuerdo es un paso importante dado por China para defender el concepto de una comunidad de salud compartida para todos y para honrar su compromiso de convertir las posibles vacunas de Covid-19 en un bien público mundial’, aseguró la portavoz del ministerio chino, Hua Chunying, en un comunicado.
En agosto, tras una reunión celebrada entre el ministro de Relaciones Exteriores de China con algunos homólogos latinoamericanos, el líder asiático se comprometió a otorgar a algunos países del continente un préstamo de US$1.000 millones para la obtención de vacunas, que el mismo país está creando. Según el ministro chino, Wang Yi, se trataría de una estrategia de cooperación para abordar el impacto de la pandemia en la región.
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Sobre Indonesia, por ejemplo, que desde hace mucho tiempo ha desconfiado de Pekín, a principios de septiembre el dirigente chino, Xi Jinping, le aseguró al presidente de ese país, Joko Widodo, que “China toma muy en serio los intereses y las necesidades de Indonesia en la colaboración para obtener la vacuna”. Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores chino calificó la cooperación de ambos países para desarrollar una vacuna como “un nuevo hecho positivo” en las relaciones. “China e Indonesia seguirán juntas en la lucha contra el Covid-19”, aseguró.
The New York Times destaca que la capacidad de desarrollar y proporcionar vacunas a los países más pobres también sería una señal importante del ascenso de China como líder a nivel científico en un nuevo orden mundial posterior a la pandemia. “La gente está muy dispuesta a aceptar una vacuna china”, señaló Ghazala Parveen, miembro sénior del Instituto Nacional de Salud de Pakistán, donde dos fabricantes de vacunas chinos están realizando ensayos. “De hecho, la gente nos está pidiendo que tengamos la vacuna lista tan pronto como sea posible”.
En agosto, el primer ministro chino, Li Keqiang, se reunió con funcionarios de Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam para amortiguar las críticas de que China había contribuido a una «sequía devastadora» en las naciones del sudeste asiático. Aprovechó para ofrecer sus vacunas, una propuesta que fue bien recibida. Ahí, el primer ministro Hun Sen de Camboya, un firme partidario de China, dijo que le gustaría dar un gran reconocimiento a los esfuerzos de su amiga China en la producción de una vacuna. Filipinas también ha sido receptivo con los ofrecimientos de China sobre la vacuna del Covid-19.
Biológicos Chinos contra el Covid-19
Cuatro candidatas a vacuna contra el nuevo coronavirus desarrolladas por China se encuentran en la fase III de estudios, el estadio más avanzado, sin que se haya reportado alguna reacción adversa. Una de las inyecciones más prometedoras, la Coronavac, actualmente se prueba en Brasil.
Unos 60.000 pacientes han participado en los ensayos clínicos de las candidatas a vacuna desarrolladas por China. Así lo indican las autoridades sanitarias de ese país, quienes resaltan que, en total, hay 13 fármacos de este tipo que están siendo estudiados. Cuatro de estos se encuentran en la fase III.