Replicamos esta interesante investigación publicada por Infobae, acerca de una de las maneras más afectivas para la propagación del Covid-19. Y es que, un investigador muy citado en la literatura científica, quien pertenece a la Asociación Estadounidense para la Investigación de Aerosoles y la Unión Geofísica Estadounidense, José Luis Jiménez, advirtió a la revista Time que los aerosoles resultan ser la forma de contagio más agresiva para la nueva enfermedad, razón por la cual estar al aire libre es 20 veces más seguro que estar en el interior de algún espacio.
El experto explicó que “junto con muchos otros científicos, cree que una parte sustancial de los casos de Covid-19 son el resultado de la transmisión a través de aerosoles, y la evidencia a favor de los aerosoles es más fuerte que la de cualquier otra vía. Los funcionarios deben ser más agresivos al expresar esta realidad si queremos controlar la pandemia”, sentenció.
Según Jiménez, la transmisión por aerosol es similar a la transmisión por gotitas, sólo que en el primer caso los trozos de líquido son tan pequeños que pueden permanecer en el aire durante minutos u horas. Infobae explica la escala de los aerosoles a través del siguiente ejemplo: el diámetro de un cabello humano es de aproximadamente 80 micrones y los aerosoles de menos de aproximadamente 50 micrones, pueden flotar en el aire el tiempo suficiente para ser inhalados. El SARS-CoV-2 tiene solo 0,1 micrones de diámetro, por lo que hay espacio para muchos virus en aerosoles.
“Si bien la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades afirman que los aerosoles podrían provocar la transmisión en situaciones muy específicas, ambas organizaciones sostienen que son menos importantes. Creo que se trata de un error importante y el 6 de julio, junto con otros 239 científicos, pedí a la OMS que reevaluara su postura. La OMS actualizó su posición, pero el lenguaje de la agencia continúa expresando escepticismo sobre la importancia de esta vía”.
José Luis Jiménez, de la Asociación Estadounidense para la Investigación de Aerosoles
En palabras de Jiménez, la evidencia respalda de manera abrumadora la transmisión de aerosoles y no hay argumentos sólidos en su contra.
“Las gotas se mueven balísticamente y esto es porque vuelan como una bala de cañón desde la boca de alguien y luego viajan por el aire hasta que golpean algo (en el peor de los casos, los ojos, la boca o las fosas nasales de otra persona) o caen al suelo. Los aerosoles, en cambio, actúan como humo: después de ser expulsados, no caen al suelo, sino que se dispersan por el aire, diluyéndose por las corrientes de aire y siendo inhalados por otros en el mismo espacio”.
El especialista agregó que el rastreo de contactos cercanos o estrechos muestra que, cuando se trata de Covid-19, estar al aire libre es 20 veces más seguro que estar en el interior.
“Frente a este panorama propongo lo siguiente: evitar multitudes, espacios cerrados, los lugares con poca ventilación, mantener distancia con otros, quedarse mucho tiempo estático en espacios reducidos, usar mascarilla y no hablar, cantar o gritar sin tapabocas. Estos son los factores importantes en los modelos matemáticos de transmisión de aerosoles y también pueden entenderse simplemente como factores que impactan la cantidad de virus que inhalaríamos”.