En esta nueva normalidad a la que intentan adaptarse las personas, y ante la ausencia de una gran verdad en torno al nuevo Coronavirus, son pocos criterios que a la fecha son ciertos y necesarios para avanzar en el camino de la búsqueda de la verdad absoluta: lavarse las manos una y otra vez, mantenerse distante de las demás personas- al menos dos metros- y usar siempre y correctamente el tapabocas siguen siendo las tres maneras más afectiva de contener la propagación de la enfermedad y de ayudar a la ciencia en su afán por encontrar una solución viable y rápida.
Colombia se desconfinó, tras casi cinco meses de medidas restrictivas, el Gobierno nacional autorizó el regreso de casi todas las actividades económicas del país, advirtiendo antes que el tiempo de aislamiento debió ser suficiente para que cada persona esté ahora preparada para vivir con nuevas reglas, en la que la responsabilidad individual es determinante para el éxito y continuidad de la flexibilización. De este modo, y con contadas condiciones, las personas pueden salir de sus casas, pero, manteniendo como premisa que su comportamiento y cuidado es determinante.
En este contexto, más allá de usar el tapabocas, lo importante es usarlo de manera correcta. Si bien andar con el nuevo accesorio resulta incómodo para algunas prácticas, entre ellas sostener una larga conversación, también lo es que no usarlo bien implica riesgos para todos. Se ha vuelto común, en medio de esta nueva normalidad, ver a las personas compartir en los parques, mercados y autobuses con el tapabocas en el cuello o sólo tapando la nariz. Muchas veces se prescinde del accesorio para conversar, y es justo en ese momento en el que los individuos son capaces de expeler las tan nombradas y peligrosas gotículas de saliva, suficientes para la propagación del virus.
Si bien en cierto, que conversar con el tapabocas no es la práctica más cómoda, también lo es que en medio del escenario sanitario actual hacerlo es determinante, necesario y obligatorio. Expertos han insistido incansablemente que el tapabocas no se debe quitar mientras las personas están fuera de su hogar, mucho menos si está cerca de otras personas o conversando. Tapar nariz y boca hasta más debajo de la barbilla debe considerarse un ritual inviolable en el marco de la lucha contra el Covid-19. Resulta inútil echarse alcohol en el cuerpo y destaparse la boca para conversar.
El Gobierno nacional, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), han insistido que la activación de la economía no es sinónimo de que la situación frente al virus haya mejorado. Todo lo contrario, los casos se mantienen y los hospitales siguen ocupándose de ésta y otras patologías. “No hay que bajar la guardia”, “la responsabilidad individual es determinante en el éxito de esta nueva etapa”, insisten.
Según un estudio divulgado por las universidades británicas de Cambridge y Greenwich, en todos los escenarios analizados el uso rutinario y adecuado de mascarillas por un 50% o más de la población redujo la propagación del Covid-19 por debajo del 1.0, aplanando futuros brotes de la enfermedad y posibilitando medidas menos estrictas de confinamiento.
Encontraron que si un 100% de la población combina su uso en público con otras medidas intermitentes de confinamiento se evita el resurgimiento del virus durante los 18 meses requeridos para dar con una posible vacuna.
El estudio sugiere que si toda la población llevara mascarillas se podría rebajar un número de reproducción del nuevo Coronavirus muy elevado de 4.0 hasta uno por debajo del 1.0, incluso sin medidas de confinamiento.
Lineamientos para volver a espacios públicos
En el marco de una nueva fase de aislamiento, basado en la responsabilidad individual, el Ministerio de Salud y Protección Social emitió el protocolo de bioseguridad para el manejo y control del riesgo del Covid-19 en espacios públicos a través de la Resolución 1513 de 2020.
En este sentido, la práctica más importante es cumplir con el aislamiento voluntario y respetar las normas de bioseguridad en el espacio público: salir cuando se considere necesario por situaciones laborales, abastecimiento de bienes o servicios básicos o para practicar actividad física al aire libre.
“El lavado de manos sigue siendo fundamental. Al usar transporte público, vehículo particular, moto, bicicleta, patineta es imprescindible lávese las manos con agua y jabón y, de no ser posible, utilizar alcohol glicerinado o gel antibacterial”.
Si se pretende usar el mobiliario público como parques infantiles o gimnasios al aire libre, es importante higienizar las superficies con alcohol antes y después de su uso.
Según las indicaciones de la cartera de salud, el uso de tapabocas en los diferentes escenarios es obligatorio. La recomendación indica usarlo máximo por 8 horas si el tapabocas es de tela y lavarlo a diario con agua y jabón.
“Es importante desechar el tapabocas en doble bolsa una vez que haya cumplido su tiempo de uso. En lo posible botarlo en canecas destinadas para residuos no aprovechables, con previa destrucción para evitar ser reciclado. No deben ser depositados directamente en los contenedores dispuestos en los espacios públicos y, en caso de ser necesario, destruirlos y empacar en doble bolsa antes de hacerlo”.