Los jóvenes, esa población definida por las personas que ocupan un rango de edad entre los 14 y 29 años, comprenden la mayor porción de la población mundial actual. Ellos, transitando por un proceso de inclusión a las sociedades que comienza en la adolescencia, son la continuidad de un mundo que requiere cada vez más compromiso individual, colectivo y universal. Hoy en el Día Internacional de la Juventud se refuerza la importancia de la conciencia juvenil en el haber de la sociedad y de la ciudadanía.
En medio de una pandemia que casi alcanza el millón de muertes en el planeta y que ha cambiado de manera indefinida las formas de habitar el mundo, es imperante convertir a los jóvenes en actores activos de las decisiones que en un futuro cercano serán su herencia. Hoy, más que nunca, su responsabilidad- con ellos mismos y con los otros- tiene un papel fundamental en el éxito de la lucha contra el nuevo Coronavirus. Más adelante, serán otras vicisitudes las que deberán enfrentar.
En teoría, son las personas menos vulnerables ante el ataque del SARS-coV-2 por ello han sentido ser invencibles frente a la enfermedad. Declaraciones recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que la pandemia está emigrando a las poblaciones más jóvenes, incluyendo niños y adolescentes.
Aunque el aumento de cifras, detalladas en edades, puede estarse dando por la ampliación de pruebas de detección, la OMS asegura que la afectación en poblaciones más jóvenes obedece a la flexibilidad de las medidas sociales, que amplían la práctica de comportamiento de riesgo. En este sentido, los nuevos datos de la Organización, muestran que la mayoría de los casos se informan en personas entre 25 y 64 años. La proporción de casos en adolescentes y adultos jóvenes se ha multiplicado por seis, y en niños muy pequeños y bebés, por siete.
No es cierto que el Covid-19 sea menos agresivo con los jóvenes. Sin embargo, a medida que aumentan los casos en las poblaciones más jóvenes, aumentan las muertes.
Desde el inicio de la pandemia el discurso ha sido el mismo: la responsabilidad colectiva es determinante en el éxito del manejo de la enfermedad. Si bien no es la forma de erradicarla de manera contundente y definitiva, sí es el mecanismo más afectivo para evitar su feroz propagación, el desborde del sistema de salud y las muertes en masa.
En una enfermedad aún misteriosa como el Covid-19 las teorías que hoy día se manejan no son del todo determinantes, más bien se trata de hipótesis que en el camino irán tomando más certeza. Por tanto, no es cierto que el Covid-19 sea menos agresivo con los jóvenes.
Los especialistas aseguran que, aunque son personas con un sistema inmune más robusto para soportar las condiciones físicas que el virus genera, también lo es que en la medida que aumentan los casos en las poblaciones más jóvenes, aumentan las muertes. Sin contar con la afectación a terceros que la contaminación en masa implica para quienes se han declarado ser los más vulnerables.
En este sentido, resulta determinante el compromiso de los más jóvenes con la situación sanitaria actual.
Día Internacional de la Juventud
En 1999, la Organización de Naciones Unidas (ONU) decidió fijar el 12 de agosto como Día Internacional de la Juventud para animar a las instituciones gubernamentales a tomar medidas políticas que protejan a los jóvenes y permitan su desarrollo personal, social y laboral de forma segura. La idea es hacerlos partícipes de los problemas de la sociedad y que les ayuden a avanzar en sus proyectos de emprendimiento en aras de crear un futuro de mayor sostenibilidad.
Este año, la fecha conmemorativa busca remarcar la necesidad de participación de los jóvenes a través de las siguientes transmisiones interconectadas:
1. Compromiso a nivel local / comunitario.
2. Compromiso a nivel nacional (formulación de leyes, políticas y su implementación).
3. Compromiso a nivel global.