Insumos como tapabocas, guantes y dispensadores de desinfectantes hoy forman parte de la indumentaria cotidiana de las personas, porque buscan- a toda costa- evitar contagiarse del Coronavirus. A partir de estos nuevos comportamientos de consumo Japón vio una oportunidad de negocio que, además, ayude a evitar la propagación del virus.
Se trata de la creación de una mascarilla electrónica. Su nombre, C-Mask. Un tapabocas inteligente con capacidad de conexión a smartphones a través de bluetooth, que permite amplificar y traducir la voz del usuario a ocho idiomas diferentes. También tiene la capacidad de hacer llamadas remotas.
La iniciativa y creación del nuevo dispositivo la tuvo la empresa Donut Robotics, la cual informó que la mascarilla es ligera y adecuada para ser limpiada con la rigurosidad que la situación sanitaria actual exige. Según detalló la revista Forbes, el nuevo tapabocas estaría disponible a finales de septiembre y tendrá un precio aproximado de 140.000 pesos colombianos.
La empresa informó que, además de las funciones establecidas en la conexión con smartphones, la C-Mask puede enviar órdenes a distancia al smart robot Cinnamon. Según la información dispuesta en el sitio web de la empresa, el robot es útil en “instalaciones públicas y recepciones corporativas”. Tiene la capacidad de traducir en tiempo real las conversaciones con clientes, así como de hacer una verificación rápida de la salud del interlocutor, tomando como base la voz. Ha sido desarrollado como “un robot contra el coronavirus”, asegura el fabricante.
Entre las funciones que más destacan se cuentan:
- Amplificar la voz del usuario
- Puede traducir hasta ocho idiomas
- Realizar llamadas sin necesidad de utilizar directamente el celular.
- Mandar mensajes de texto a través del habla
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En Israel, algunos investigadores crearon un tapabocas reutilizable capaz de eliminar el coronavirus con calor. Éste obtiene la temperatura de la energía eléctrica gracias a un cargador de teléfono móvil.
El líder de la investigación fue Yair Ein-Eli, en la Universidad Technion de Haifa. El experto informó que la desinfección de la mascarilla dura unos 30 minutos y las personas no deben llevarla puesta mientras está enchufada. “Se trata de un tapabocas que tiene con un puerto USB y se conecta a un cargador estándar de móviles. De esta manera se calienta una capa interna de fibras de carbono con hasta 70 grados Celsius, suficiente para destruir los virus”.
Ante la advertencia hecha por el experto en enfermedades infecciosas del Centro Médico Hadassah de Jerusalén, Allon Moses, sobre el deterioro del papel o tela de la mascarilla a reiteradas exposiciones de calor, Yair Ein-Eli informó que el prototipo fue expuesto a 20 ciclos de calor, de media hora cada uno, sin que se registrara impacto en la durabilidad. “Podemos garantizar varias decenas de ciclos sin riesgo”, puntualizó el investigador.