Recomendaciones para manejar el duelo en época de Covid-19

Para la mayoría de las culturas, la muerte aún sigue siendo un suceso trágico, de difícil aceptación. Buena parte de las personas no están preparadas para aceptarla y manejarla. Es, en teoría, el fin del ciclo de la vida, pero la vida trae consigo una cantidad de sentimientos, acciones, logros, fracasos, apegos y acompañamientos que- de momento- no son compatibles con el hecho de no existir más.

Ante la pérdida de un ser querido existen rituales, que varían de acuerdo a la cultura, y que buscan saciar esa necesidad humana de despedir a quien se va, en un proceso de aceptar la no existencia y de cerrar un ciclo que ya dejó de ser. La muerte duele, es oscura, desconsiderada y real.

El mundo está siendo atacado por la peor enfermedad de todos los tiempos; 328 mil 471 personas han muerto desde noviembre de 2019 hasta hoy a causa del nuevo Coronavirus, sin contar a aquellos fallecidos por alguna otra patología, accidente, suicidio u homicidio. Cualquiera que sean los modos, hoy, las formas han cambiado.

El Covid- 19 ha tocado el momento más sagrado que tenían hasta ahora los seres humanos para tratar de aceptar que la muerte llegó y se llevó a un ser amado. Cientos de almas han muerto solas, sin la posibilidad de un adiós. Cientos de familias quedaron, de repente, sin un integrante. No hay posibilidad de despedida. No existen besos, abrazos bañados en lágrimas ni las palabras de agradecimiento que se suelen ofrecer ante el lecho al que tanto temen las personas.

En estos tiempos la vida y la muerte tienen un sentido distinto

Paloma Carvajalino, especialista en Duelo y directora de PSYNAD, Centro de Bienestar Psicológico, define el duelo como una respuesta normal, usual y sana de las personas ante una pérdida, fallecimiento, cambio o transformación. De hecho, es el proceso psicológico que se debe producir como reacción emocional o conductual de un cambio o ausencia.

“La experiencia emocional de enfrentarse a esa pérdida es lo que llamamos proceso de elaboración de duelo y es el que nos conduce a la necesidad de adaptarnos a esa nueva situación. No todas las personas generan un duelo”.

Paloma Carvajalino, especialista en duelo y directora de PSYNAD, Centro de Bienestar Psicológico

En la actualidad, gracias al nuevo Coronavirus, nadie tiene la posibilidad de cerrar su duelo de manera presencial. Es una necesidad para la mayoría hacerlo: despedirse del ser querido que muere, verle por última vez, acompañarle en sus últimos momentos y darle cabida a la mente para que asimile lo que sucede. El Covid-19 ha hecho que el proceso hoy día sea aún más doloroso y difícil de aceptar. La despedida es abrupta, distante, vacía.

Algunas recomendaciones para intentar transitar el duelo

Carvajalino cita el Modelo de Kübler-Ross como las etapas por las que debe transitar el duelo. No todas las personas las transitan en el mismo orden ni del mismo modo, sin embargo, éste es el proceso habitual o las etapas que se presentan con el duelo:

  1. Negación: es solamente una defensa temporal para el individuo. Este sentimiento es generalmente reemplazado con una sensibilidad aumentada de las situaciones e individuos que son dejados atrás después de la muerte.
  1. Ira: aparece cuando tomamos conciencia de la pérdida. Esta fase nos lleva a buscar responsables, por lo que puede aparecer también con sentimientos de culpa.
  1. Negociación: esta fase está relacionada con la ilusión por recuperar la pérdida.
  1. Depresión: esta fase suele ser previa a la aceptación. Es cuando nos damos cuenta de que esa persona no está y no podremos volver a verla. En este momento sentimos que no vamos a poder soportar el dolor y la falta.
  1. Aceptación: aceptamos la pérdida y poco a poco vamos recuperando nuestra vida y rutinas habituales.
Algunas maneras de despedir, desde la distancia, a quienes han muerto por Covid-19.
Foto: el periodico.com

En momentos donde el proceso natural del duelo es abruptamente interrumpido e imposibilitado, la doctora Paloma Carvajalino recomienda hacer actos simbólicos de cierre y despedida.

“Hay un ejercicio muy valioso que se llama La Silla Vacía y la Carta de Emociones, sin embargo, existen más ejercicios simbólicos como ceremonias de despedida utilizando la imagen del familiar que murió o sembrando una planta. La idea es hacer algún ritual que simbolice el momento de la despedida. Esto permitirá empezar a cerrar el ciclo del duelo y aceptar la pérdida”.

Carvajalino asegura que despedir a un ser querido es muy importante para la estabilidad emocional de la mayoría de las personas. Los duelos pendientes o ciclos no cerrados generan cargas emocionales, que impiden avanzar. Nada de lo que se haga implica olvidar a la persona que no está, sólo son herramientas que ayudan a lograr una salud mental apropiada para continuar la vida de una forma sana.

El Centro de Psicología de Madrid, uno de los países más golpeados por el Covid-19, ofrece algunas otras recomendaciones valiosas para estos momentos de duelo interrumpido:

  • Debido a la situación actual, hay que tener en cuenta que es posible que pase un tiempo hasta que las personas acepten la pérdida. Una variable importante en el proceso de duelo es que los individuos sean justo consigo mismos. “No te metas prisa diciéndote a ti mismo que este dolor se tiene que pasar ya. Tienes que saber que este dolor es normal y necesario, ya que este te va a permitir elaborar el duelo de manera adaptativa”.
  • Es importante darle salida y espacio a lo ocurrido. Evitar pensar en lo que ha sucedido y distraerse no va a solventar el malestar. Lo parará durante un tiempo determinado hasta que éste vuelva a salir. “Un buen ejercicio que puedes emplear es escribir un diario sobre todas aquellas emociones, sensaciones, recuerdos y pensamientos que te vengan”.
  • Darse tiempo y espacio. Deben haber momentos de intimidad que le permitan a la persona estar consigo mismo y su dolor. “También es importante que lo compartas con personas cercanas. El apoyo social es necesario”.
  • No hay que obligarse a nada. “Lo más importante ahora es que te tengas en cuenta a ti y a tus propias necesidades. Es posible que te sientas en una montaña rusa: días mejores, días peores. Tienes que saber que esto también es parte del duelo”.

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