Ansiedad infantil en cuarentena es el resultado de conductas adoptadas o imitadas de los cuidadores

De manera repentina y sin mayores motivos tangibles para ellos, las clases en Colombia se suspendieron. Comenzó el aislamiento social obligatorio, una palabra bastante compleja para la mayoría de los niños del país y el mundo. Sucesivamente, cierran los parques, les prohíben jugar con el vecino y hasta ir a la tienda. Todo se empieza tornar distinto, solo y aislado de las rutinas habituales. 

“Siento que ahora mi vida va a ser así siempre”, expresa espontáneamente un niño de 7 años mientras almuerza con sus padres. Días antes se sentía feliz porque no debía cumplir con las obligaciones escolares como lo venía haciendo. “Mi hija, de nueve años, se está despertando en la madrugada con pesadillas”, asegura una mujer, a quien le empieza a preocupar, además, la constante sudoración en las manos de su pequeña. 

La cuarentena ha traído consigo retos importantes para todos y cada uno de los que han debido sumergirse en ella. Desde lo individual hasta lo colectivo, las dinámicas, modos y formas han debido reorientarse. Según lo informa la psicóloga y especialista en conducta infantil, Rosangel Piña, la solicitud de consultas psicológicas para atender la ansiedad infantil ha aumentado en un 45%. Los episodios de depresión en esta población en un 35%. Todo relacionado con el confinamiento y sus causas. 

Rosangel Piña, psicóloga y especialista en conducta infantil.

Para la especialista la situación tiene un problema de fondo y radica en los padres. Considera que uno de los miedos más grandes de los padres de esta generación es que sus hijos se aburran, “porque si se aburren se van a deprimir, se va a poner ansiosos. Mi niño necesita conectarse con sus amigos, necesita jugar”. A partir de estas premisas paternales, asegura que los niños tienen mayor flexibilidad mental que los adultos. Para ellos es más fácil adaptarse a los cambios.   

“Si un niño se refiere ansioso, deprimido o cansado del encierro es porque de seguro se lo ha escuchado a alguien con quien está viviendo en cuarentena. Dentro de esa maravillosa flexibilidad mental con la que cuentan los niños están adaptarse y reinventarse”.  

Si un niño, en estas condiciones de aislamiento social obligatorio, siente ansiedad seguramente es una conducta adoptada desde el lenguaje verbal y no verbal de las figuras que deben brindarle seguridad emocional (padres, cuidadores). 

Sin embargo, y en ciertas excepciones, en las que la conducta es producida por la situación, la ansiedad en los niños se reconoce de la siguiente manera: 

  • Mordedura en sus uñas o labios.  
  • Arrancarse el cabello. 
  • Orinarse en las noches, cuando ya había controlado este esfínteres.
  • Ensuciar sus pantalones, cuando ya había logrado ir al baño y evacuar en el inodoro.  
  • Tronarse los dedos.  
  • Necesidad constante a estar cerca y pegados a sus padres, lo cual antes de la cuarentena no ocurría.  
  • Disminución en el deseo de jugar y entretenerse por temor a separarse de sus padres o principales cuidadores.  
  • Problemas para quedarse  dormido. 
  • No querer dormir en su cuarto solo, una vez que ya había logrado  esta independencia.  
  • Quejas recurrentes sobre dolor en el estómago y en  diversas partes de su cuerpo todos los días (somatización). 
  • Evita la interacción online con sus amigos, lo cual antes le causaba gran interés y placer. 
  • Niño con problemas en clase, usualmente la desatención y falta de concentración es lo que más les afecta. 
  • Explosiones emocionales no asociadas a la situación vivida. Mal humor, niño lloroso, berrinches sin causa aparente (vulnerabilidad afectiva).
Foto: guiainfantil.com

Recomendaciones para manejar a ansiedad en los niños

  1. Identificar cuáles son los detonantes de la ansiedad en sus hijos.  
  1. No obligar a los niños a experimentar situaciones que le generan ansiedad. 
  1. Darles a los niños la posibilidad de irse enfrentando, de a poco, las situaciones que le generan ansiedad, siempre bajo la compañía de su cuidador principal. 
  1. Indagar el/los motivos por los cuales el niño/a siente ansiedad.  
  1. No restar importancia a la emoción del infante. Ser empático y bríndarle confianza para poder obtener mayores detalles sobre la causa del miedo. 
  1. Brindarle seguridad emocional (Apego seguro). El niño cuando tiene alguna respuesta emocional desagradable debe encontrar en su cuidador una fuente de protección y seguridad emocional.  
  1. No burlarse de las ansiedades de los niños. Ridiculizar o burlarse de lo que ellos sienten no disminuye la ansiedad, pero sí la confianza del/la niño/a hacia su principal figura de seguridad. 
  1. No mentirles a los niños acerca de la ansiedad y los temores, por el contrario, es necesario explicarles la importancia de la identificación de las emociones; ante qué situaciones deben aparecer algunas reacciones y cómo se debe actuar. En este punto es muy valioso enfatizar la importancia de que el niño comunique sus sentimientos, brindándoles la confianza de que papá y mamá están para cuidarlos y protegerlos.  
  1. Aceptar las ansiedades de los niños para que ellos puedan expresar sus angustias sin sentirse avergonzado.  

Recomendaciones para evitar la ansiedad en los niños

  1. No manifestar verbalmente las emociones adultas relacionadas con la cuarentena delante de los niños. Hacerles saber que los padres o cuidadores también sienten angustia, tristeza, miedo y felicidad ante cualquier situación.  
  1. Explicarle al niño, desde su nivel cognitivo, los motivos por los cuales debe estar en casa. El mensaje debe ir soportado desde el reforzamiento positivo. Por ejemplo: esto nos ayuda a estar más tiempo juntos, cumpliendo con nuestros deberes y compartiendo en familia. 
  1. Evitar, en lo posible, que los niños vean noticias sobre el Covid-19 y la cuarentena. Un niño no necesita saber cuántas personas contagiadas, fallecidas o en riesgos existen. Un niño debe mantener sus representaciones mentales de niño y no saber más de lo que debe para adaptarse. 
  1. Mantener las rutinas que tenían los niños antes del confinamiento, con sus variables lógicas: conductas de higiene y aseo personal, desayuno (es recomendable que todas las comidas se hagan en familia). Dedicar tiempo al estudio, fortalecer las actividades extracurriculares. 
  1. Asegurarse que los niños tengan deberes y derechos en la casa, como el resto de la familia. Es importante asignarle responsabilidades con las que pueda cumplir según su edad: recoger sus juguetes, ordenar sus libros. Ayudar a separar la ropa antes de meterla en la lavadora. 
  1. Permitirles a los niños ser acompañantes al momento de cocinar, resguardando siempre su seguridad y asignándole actividades simples (ejemplo: “pásame ese envase blanco, ¡gracias! Ahora necesito que me ayudes a revolver esta mezcla deliciosa que estamos haciendo”.  
  1. Permitirse espacios de juegos en familia es muy importante. Compartir una película del disfrute de todos, inventar y recrear juegos.  
  1. Los niños deben estar activos la mayor parte del tiempo, con ello se evitan los cuadros de ansiedad y depresión. Cuando refieran que están cansados es importante permitirles dormir, ver televisión o descansar de la forma que ellos lo prefieran.  

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