En Colombia 1 de cada 5 personas tenía obesidad, antes de la llegada del Coronavirus. En entrevista, la nutricionista Romina Sánchez explicó que la obesidad es una enfermedad que se ha convertido en un problema de salud pública alrededor del mundo. Colombia no es la excepción.
Camilo y Juliana tienen un mes encerrados en su apartamento. Desde el anuncio de aislamiento obligatorio hecho por el Gobierno nacional para evitar la propagación del Covid-19, sus dinámicas habituales se han visto afectadas. Ambos trabajan ahora bajo la modalidad ‘home office’, atienden las obligaciones del hogar y acompañan a su hijo mayor con las ocupaciones escolares. Cada hora y media- como mucho- coinciden en la alacena. Sienten hambre, antojos, ganas de comer en todo momento.
Antes de que comenzara la cuarentena Camilo ya tenía sobrepeso. Siente hambre todo el tiempo. Lo único que le ayuda a sentirse menos angustiado es meterse a la cocina a preparar postres. Su peso sigue aumentando.
Así como Camilo y Juliana, se encuentran hoy muchas familias colombianas. El encierro, la incertidumbre por no saber qué va a pasar y la preocupación de que alguien de su entorno cercano enferme, detonan cuadros de ansiedad que, en buena parte de los casos, puede desencadenar obesidad.
Antes de la contingencia nacional por el nuevo Coronavirus, en Colombia 1 de cada 5 personas tenía obesidad.
Entrevistamos a la nutricionista Romina Sánchez, especialista en obesidad y cirugía bariátrica, quien explicó que la obesidad es una enfermedad que se ha convertido en un problema de salud pública alrededor del mundo. Colombia no es la excepción.
“Según cifras de la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2015, el 52% de los colombianos tiene sobrepeso u obesidad. Además, uno de cada cinco padece la enfermedad. El informe de la Federación Mundial de la Obesidad menciona que Colombia tiene exactamente 1.583.123 jóvenes obesos, de los cuales 611.713 tienen entre los 5 y 9 años de edad y el resto se agrupan entre los 10 y 19”.
Para la especialista, así como el aislamiento es efectivo para combatir la pandemia, alimentará- por otro lado- el sobrepeso en el mundo. A su consideración seremos conocidos como la ‘Generación Q’, pues la inactividad será el resultado de índices aún más elevados de obesidad.
“La combinación del aislamiento social, del aumento de la hormona del cortisol que trae el estrés, la angustia, la inseguridad e incertidumbre a nivel laboral, combinado con la mala alimentación que ya tienen las personas por el consumo excesivo de alimentos industrializados, ricos en azúcares y harinas va a traer consecuencias”.
La situación es preocupante, si las cifras de obesidad en el país son tan elevadas y las estadísticas demuestran que la mayor parte de la población que padece obesidad es joven, los resultados de mortalidad por Covid-19 en el país podrían ser mucho más elevadas de lo estimado. Está clínicamente comprobado que las personas obesas o con sobrepeso tienen mayor riesgo de complicarse si contraen Covid-19.
Ansiedad aumenta un 40% en cuarentena
Ciertamente, las consultas psicológicas para el manejo de la ansiedad han aumentado en un 40%, así lo aseguró en entrevista Paloma Carvajalino, psicóloga y directora PSYNAD, Centro de Bienestar Psicológico. Para ella, las personas no saben cómo manejar el encierro, el aislamiento y la ansiedad, lo que los está llevando a buscar ayuda psicológica urgente.
Informa que la ansiedad es una respuesta fisiológica y emocional que tienen el organismo para prepararse ante una situación de peligro. Es normal, pues se trata de un estado que ayuda a la supervivencia. La situación se vuelve patológica cuando la frecuencia es elevada y el tiempo es muy prolongado.
Carvajalino manifiesta que los signos de alarma, que determinan un estado de ansiedad patológica son:
- Embotamiento
- Profunda sensación de angustia
- Preocupación y temor
- Palpitaciones constantes
- Sudoración
- Ahogo
- Temblor
- Mareos
- Dolores estomacales
- Desprendimiento de la realidad
- Cefaleas
- Adormecimiento de miembros superiores e inferiores
- Opresión en el pecho
“En estos momentos de aislamiento social obligatorio los ataques de ansiedad pueden desencadenar obesidad si se produce una ingesta ansiosa y eso depende de las personas. Hay a quienes se les quitan las ganas de comer y hay a quienes se les aumentan. En estas últimas habrá un incremento notorio en el peso”.
La especialista ofreció recomendaciones para que las personas puedan intentar controlar sus estados de ansiedad:
- Respirar: tomarse unos minutos para respirar y reconocer lo que está pasando.
- Permitirse sentir lo que padece.
- Conversar sobre lo que siente.
- Activarse: hacer ejercicio, mantenerse activo de alguna forma para evitar que el sedentarismo domine.
- Tomar con calma la situación sin dejar de preocuparse: es muy importante ponerle límites a la angustia y saber identificar qué queremos.
- Si las recomendaciones anteriores no funcionan es imprescindible pedir ayuda profesional.
Que las personas sean conciente de los que estamos viviendo hoy en día , y en la casa sacar un tiempo para hacer ejercicio y que cuando les hambre no comer dulces si no frutas , porque esto puede llevar a problemas graves en el futuro , incluso hasta la muerte
Es una buena forma de estar en la cuarentena