De acuerdo con estudios sobre dolor realizados por la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor en Colombia, cerca del 47% de la población colombiana presenta dolor crónico, dentro de los más frecuentes se encuentran el dolor de espalda, cabeza, región lumbar, abdominal, entre otros.
El dolor crónico se caracteriza por tener una duración mayor a tres meses, es una de las mayores causas de consulta médica y por ello constituye un problema de salud pública, así lo señaló el doctor Jairo Moyano, anestesiólogo colombiano, coordinador del Comité de Dolor en la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, S.C.A.R.E., especialista en Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos y doctor en Farmacología.
Para el doctor Moyano, la sociedad colombiana enfrenta un grave problema para el manejo del dolor crónico, pues al ser una consulta recurrente llega a ser ignorado de forma sistemática, y en consecuencia su tratamiento puede llegar a ser muy costoso para el sistema de salud, los pacientes son multiconsultantes en busca de una solución para su problema, sin encontrarlo, a su vez los lleva a la automedicación, con los potenciales efectos adversos como problemas cardiacos, sangrados digestivos y dependencia a fármacos.
Dentro de las consecuencias de sufrir un dolor crónico se encuentra el deterioro en la calidad de vida, que va acompañada de depresión, ansiedad, disfunciones familiares, perdida del rol familiar, e incluso el 27.3% de los encuestados manifestaron algún impacto negativo en su vida sexual.
¿Qué pueden hacer los pacientes si padecen esta patología?
Para iniciar, consultar oportunamente a un médico o a una clínica de dolor. Actualmente, existen variados medicamentos para aliviar el dolor crónico, dentro de los cuales se encuentran los anestésicos locales, es decir, los que se aplican en el sitio del dolor. El procedimiento consiste en inyectar en sitios muy específicos para aliviar el dolor, lo que se conoce como anestesia regional o bloqueos para el tratamiento del mismo. También se encuentran medicamentos de uso sistémico como son los antiinflamatorios que son herramientas básicas esenciales para iniciar el tratamiento; los anticonvulsivantes con efecto analgésico, la toxina botulínica, los corticoides y finalmente los conocidos opioides. Este último grupo son una gama de sustancias algunas derivadas de la planta adormidera o amapola u otras sustancias sintetizadas, dentro de ellos se encuentran la morfina, el fentanil, la codeína y la hidrocodona utilizados para cuidados paliativos y dolores asociados al cáncer.
También existen procedimientos intervencionistas que realizan especialistas en anestesiología que pueden ayudar a pacientes con dolor crónico que no presentan mejoría con los medicamentos, como la neurolisis, o destrucción de los nervios que conducen el dolor.
De acuerdo con el doctor Jairo Moyano, es importante seguir seis principios para obtener mejores resultados en el tratamiento del dolor crónico y no poner en riesgo su salud.
- No automedicarse, este punto es un reto para la sociedad colombiana, ya que de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), siete de cada diez personas realizan esta práctica. Los pacientes deben saber que la automedicación podría generar adicción y dependencia a medicamentos, además de otros efectos secundarios como complicaciones cardiacas, enfermedades digestivas e inclusive la muerte. La Organización Mundial de la Salud habla del uso racional de los medicamentos, de esta manera, tenga en cuenta que su doctor debe evaluar las siguientes condiciones para darle una fórmula médica: selección del paciente, identificación de su problema, selección del medicamento, elección de la dosis a usar y tiempo de utilización.
- Tener una vida saludable, esto se refiere a dormir, ejercitar su cuerpo y alimentarse bien, además del manejo del estrés, ya que cerca del 40% de los pacientes que sufren de dolor crónico también padece de depresión o ansiedad. Para Moyano, el dolor crónico está directamente relacionado con el estrés.
- No entrar en pánico ante la presencia de un dolor, porque la mayoría de las veces los dolores no tienen consecuencias vitales para el paciente, pero si un dolor persiste o empeora siempre se debe consultar a un profesional para analizar la causa.
- Comprender que el dolor crónico no siempre va a desaparecer completamente. Una meta no va a ser dolor cero, lo que se busca es una recuperación funcional, por ejemplo, que la persona trabaje con más comodidad.
- En dolor crónico, los opioides no se utilizan como primera línea de tratamiento, sino como segunda o tercera, cuando otros medicamentos no hayan funcionado. Finalmente, si se utilizan, la recomendación es por tiempos menores a tres meses, siempre verificando que los opioides disminuyan el dolor crónico, de lo contario, suspenderlos inmediatamente.
- Si el paciente tiene antecedentes de adicción con el cigarrillo, el alcohol, las pastillas para dormir, u otras sustancias, en lo posible no se recomienda el uso de opioides, y en caso de requerirse, su uso siempre debe ser controlado por el médico de manera muy rigurosa.
Finalmente, el doctor Moyano concluye que el uso de opioides debe ser racional “el mensaje no es que la gente no use opioides, sí vale la pena que los usen pacientes con dolor por cáncer y en cuidados paliativos y por enfermedades terminales; también algunos pacientes después de cirugías muy dolorosas por unos pocos días. Mi llamado es a usarlos con responsabilidad pero que sean administrados a los pacientes que sí los necesitan y no como primera opción de tratamiento ante cualquier dolor”.
Fuente: Emssanar EPS