Ya no hay vuelta atrás, ¡generemos confianza!

Desde hace casi 24 años tenemos un sistema de salud que se puede denominar el gran logro de las comunidades más pobres y más vulnerables de nuestro país, a las que en ningún sistema del mundo les había incluido como meta para que su atención fuera igualitaria en derechos, equitativa en riesgos a las de las personas con capacidad de pago y financiado solidariamente por todos.
Nuestro sistema no solo las incluyó, sino que ya están en la agenda pública como una parte a la que hay que cuidar y salvaguardar.

Después de 24 años de muchas dificultades, pero también de muchos ajustes, se está empezando a recuperar la confianza de los usuarios y de la sociedad en general.

Ya escuchamos y leemos de parte de los tradicionales y más sanos contradictores conceptos de corresponsabilidad en los resultados del sistema de salud y grupos interprofesionales e interinstitucionales independientes se reúnen para identificar soluciones conjuntas.

LOS AVANCES

Siento una atmósfera diferente; siento el inicio en el rescate de la confianza en nuestro sistema. ¿Quizá tenga que ver con quién lo está dirigiendo? Todo toma el cariz, el perfil de quien lo conduce: un auto, un perfume, una institución, un sistema.

Con muchas dificultades y cosas aún por mejorar, pero ante todo con claridad, seguridad, osadía e independencia de parte de nuestro actual Ministro, se ha logrado avanzar.

Durante varios años, desde Gestarsalud, hemos identificado las situaciones que impedían salir de la etapa de marasmo y posteriormente de ajustes, para pasar al reconocimiento y apropiación de un mejor sistema por parte de todos los colombianos.
En este momento, consideramos que todos necesitamos y queremos seguir consolidando nuestro trabajo, el trabajo de cada uno, el trabajo de todos.

Poder mejorar la atención de los afiliados, repito ‘atención’, no me refiero solo a la definición médica de prestación del servicio, sino a estar atentos a ellos, a sus riesgos y necesidades. Y hablo de la totalidad de afiliados, no simplemente a los usuarios que llegan a los servicios.

Para ello, hay que romper los esquemas de la atención intramuros, que nuestros médicos indaguen más allá de un signo o un síntoma, e identifiquen los riesgos generados tanto por la historia y condiciones que enfrentamos durante nuestro crecimiento, como en la vida actual, y así poder tener visión integral del individuo.

Además, una intervención oportuna de sus riesgos y generar resultados positivos en su salud, percibidos y visibilizados adecuadamente por ellos, es el gran reto. Esto incrementará la confianza día tras día entre todos.

No hay reversa, debemos tomar las decisiones necesarias, tanto técnicas, como tecnológicas, financieras, hacer alianzas, consolidaciones empresariales, más capacitación, más referenciación y, con mayor énfasis, creer más en el sistema, del cual hacemos parte y nos beneficiamos en conjunto.

COMPROMISO COMPLEMENTARIO

Entre toda la vulnerabilidad que cada uno como ser humano alberga, (papa Francisco, 2017), toca tener en primera línea de la agenda a las personas que viven en las zonas más apartadas, que están en sitios donde es más difícil el acceso, donde la infraestructura del país –vías, comunicaciones, servicios públicos, puntos de atención sanitaria– es muy débil.

Revisar en cada zona del país, la infraestructura, la conectividad, la disponibilidad de la tecnología a la orden de la salud, los modelos de prestación, el enfoque profesional y la suficiencia financiera son los grandes retos complementarios.

Para cumplir este objetivo es indispensable el compromiso de las autoridades municipales y departamentales en avanzar en resolver esos determinantes de la salud.

EJE CENTRAL DEL SISTEMA

En todo este tiempo, el individuo ha sido, en teoría, el eje central del sistema. En esta reinvención del aseguramiento y la prestación del nuevo modelo de salud del país MIAS, todo deberá girar realmente en torno a él, a su familia, a la atención e intervención de sus riesgos, a brindarle el mejor servicio posible, a ir hacia ellos para garantizarles el acceso a todos los servicios. Así generaremos aún más confianza.

Por fin se acaba un conflicto de más de 50 años, un episodio que dejó centenares de víctimas, familias enteras llorando a sus muertos, viviendas y tierras solas, muchas tristezas y sinsabores.

El acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc es la mejor noticia que ha tenido nuestro país en mucho tiempo, por ser el grupo más dañino que ha existido.

Ahora vamos a poder llevar los servicios y atenciones a esas zonas donde antes no se podía, pero las decisiones financieras son el gran soporte de esta intencionalidad de nueva era; no hay excusas válidas, la salud es necesaria para educarnos, trabajar, producir, emprender para tener paz. La salud es un instrumento de paz.

Esto debe ser también un compromiso, no un “cumplo y miento” (papa Francisco, 2017). Recordemos que lo social justifica lo económico, pero también lo económico soporta lo social.

El reto es de todos, nacional, departamental y local; de grupos al margen de la ley, de las Empresas Promotoras de Salud (EPS), Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS), y de las mismas comunidades, quienes serán las veedoras de lo que está sucediendo.

Esta reinvención de nuestro sistema no amerita independencia, necesita interdependencia, un concepto real de concebirnos como partes de un todo que merece compromiso y confianza.

ELISA TORRENEGRA

Directora Ejecutiva de Gestarsalud

Fuente: Portafolio

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