La salubridad y la calidad del agua son fundamentales para el desarrollo y el bienestar humanos. Proporcionar acceso a agua salubre es uno de los instrumentos más eficaces para promover la salud y reducir la pobreza.
Como autoridad internacional en materia de salud pública y de calidad del agua, la OMS dirige los esfuerzos mundiales por prevenir la transmisión de enfermedades transmitidas por el agua. Con ese fin, promueve la adopción por los gobiernos de reglamentación sanitaria y trabaja con sus asociados para fomentar las prácticas de gestión de riesgos eficaces entre los proveedores de agua, las comunidades y los hogares.
Directrices sobre la calidad del agua potable
La OMS elabora normas internacionales sobre la calidad del agua que sirven de base para la elaboración de reglamentos y normas en todo el mundo.
Planificación de la salubridad del agua
Los planes de salubridad del agua son el instrumento más eficaz para garantizar permanentemente la salubridad y la aceptabilidad del suministro de agua potable.
Reglamentación en materia de calidad del agua para bebida
La reglamentación por la que se garantiza la salubridad del agua potable es un instrumento poderoso para proteger la salud pública tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
Gestión de los pequeños sistemas de suministro de agua
La inversión en pequeños sistemas de suministro de agua reducirá la frecuencia de los brotes de enfermedades transmitidas por el agua y los costes globales asociados a la prevención de enfermedades, los decesos y los costes sanitarios.
Tratamiento y almacenamiento inocuo del agua en los hogares
El tratamiento y almacenamiento inocuo del agua en los hogares es una intervención importante en materia de salud pública que permite mejorar la calidad del agua potable y reducir la incidencia de enfermedades diarreicas.
Aguas recreativas
La OMS ha publicado unas directrices que resumen los riesgos para los bañistas y establecen un enfoque basado en los riesgos para la gestión y el seguimiento de la calidad de las aguas recreativas.
Fuente: OMS