En un trabajo de investigación publicado por el diario El País, de España, los especialistas Borja Andrino, Daniele Grasso y Kiko Llaneras explicaron con detalle lo que está sucediendo en el continente latinoamericano.
Por: Borja Andrino, Daniele Grasso y Kiko Llaneras
Dicen que el Covid-19 está en fase de crecimiento exponencial en muchos países. En Chile los casos se han doblado en dos días, igual que Brasil, Perú y Colombia. La clave ahora es ver cómo evoluciona la curva de confirmados y de muertos: ¿crecerán de forma acelerada o se frenarán?
Aquí puedes ver la evolución de casos confirmados en los países que han registrado al menos 20 casos en un día:
Gráfica interactiva de evolución de casos confirmados. Fuente: El País de España
El gráfico compara el ritmo de la epidemia en todos los países de Latinoamérica, que han registrado al menos 20 confirmados desde el inicio de cada brote.
En España y Corea del Sur crecieron con ritmo parecido al principio. Pero su evolución después demuestra que el futuro de cada país puede ser diferente: mientras que en España las infecciones siguen acelerándose, en el país asiático se están frenando. Si la curva de un país sigue una línea recta en el gráfico logarítmico, se sabe que los enfermos se duplican periódicamente. En el caso de España, por ejemplo, donde las medidas de confinamiento todavía no se aprecian. En el de Corea, en cambio, la pendiente es cada vez menor y las infecciones se ha ralentizado.
Los expertos hablan de casos confirmados. Miden dos fenómenos al mismo tiempo: el aumento real de infectados en cada país y la capacidad de detectarlos por parte de sus autoridades. Al principio de un brote ha sido habitual que se produjese un pico temporal en los casos confirmados al acelerarse el ritmo de los test.
Los brotes en cada país
Brasil es el país de latinoamericano que registra más infecciones por Covid-19. Pero el ritmo al que crecen los casos es, de momento, similar en muchos países: las curvas son una línea recta en escala logarítmica.
Los tiempos de duplicación
El gráfico siguiente mide el ritmo de los brotes en cada país. Para hacerlo los expertos usaron lo que se conoce como «tiempo de duplicación». Es decir, cada cuántos días se está duplicando el número de casos confirmados. Es un dato que puede oscilar al principio, pero que parece ir convergiendo a una cifra alrededor de los tres días. Mientras la epidemia crezca a esa velocidad, eso significa que, si un sábado hay 4.000 casos, hay que esperar unos 8.000 para el martes y 16.000 el próximo fin de semana.
Reducir la transmisión del virus
El tiempo de duplicación no es inamovible. Un virus tiene un potencial contagioso que depende de su naturaleza y del hospedador -las personas-. Pero una epidemia es al mismo tiempo un fenómeno social: su éxito depende de cómo nos comportemos. Por eso existen las cuarentenas, los cierres de colegios o el teletrabajo. Son medidas de distanciamiento social que reducen los contactos entre personas y limitan la transmisión del virus.
El pasado 7 de marzo, la OMS llamó a todos los países “a continuar los esfuerzos que han sido efectivos en limitar el número de casos y frenar la extensión del virus”. Días después se han multiplicado las intervenciones en Europa y todo el mundo. Si esas medidas tienen éxito, se verá el aumento en el tiempo que necesita la epidemia para que los casos se dupliquen.
Eso es lo que ha ocurrido en China o Corea del Sur. Allí los casos comenzaron duplicándose cada dos o tres días durante la primera semana del brote, pero pasadas dos semanas ya habían bajado su tiempo de duplicación a más de diez días.
¿Qué puedes hacer para ayudar? Las medidas como cancelar eventos y cerrar colegios son útiles para limitar la transmisión del virus, “pero los cambios individuales son aún más importantes”, explica Caitlin Rivers, de la Universidad Johns Hopkins. “El objetivo es reducir las oportunidades de transmisión: al tocar, toser, estornudar. Nuestras herramientas son la distancia social, quedarte en casa si estás enfermo, lavarte las manos cuando llegas a casa o al trabajo; después de tocar una superficie que toca mucha gente, antes de comer o antes de ver a una persona vulnerable”.