Tras cumplirse un año de iniciar el Plan Nacional de Vacunación, Elisa Torrenegra, directora ejecutiva de Gestarsalud, realiza reflexiones sobre lo que deja este primer año y los retos por afrontar.
El Plan Nacional de Vacunación (PNV) cumple este 17 de febrero su primer año de ejecución y se confirma como uno de los mayores logros del sistema de salud del que se tenga memoria; un logro que, valga decir, es de todas las organizaciones que se han esforzado por aportar lo mejor de sí para salvar vidas en conjunto.
No es fácil dimensionar que en cada jornada de los últimos 365 días, se aplicaron un promedio de 207.000 vacunas, lo que es igual a decir que cada día este Plan convocó a tanta gente como para llenar seis veces el estadio El Campín. Gente que confía en la ciencia y le apuesta a la vida.
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Si la pandemia ha sido la mayor amenaza sanitaria súbita enfrentada por la humanidad en la historia reciente, la vacunación ha sido una intervención de protección que ha demostrado, con datos alrededor del mundo, su efectividad como en las demás enfermedades prevenibles. Según el estudio oficial del Ministerio de Salud, solo en mayores de 60 años el PNV colombiano logró salvar más de 22.000 vidas en el 2021.
Pero además de cumplir ese propósito principal de proteger a la población, el PNV sirvió para dejar en evidencia la organización, articulación y planeación extraordinaria de todos los actores del sistema, incluidos Gobierno nacional, EPS, prestadores, entes territoriales, talento humano y, por supuesto, la ciudadanía.
Por un lado, el Gobierno ha garantizado la disponibilidad, logística y distribución de biológicos en todas las regiones; los entes territoriales aseguraron la articulación local y dispusieron las vacunas en los prestadores, que aplicaron las dosis con la invaluable participación del talento humano.
Las EPS, de fondo, canalizaron hacia los puntos de vacunación a la población, priorizando la de mayor riesgo, iniciando con un trabajo juicioso de actualización de datos y de comunicación tanto con los usuarios como con las IPS. Adicionalmente, dispusieron puestos de vacunación complementarios para aumentar la cobertura del PNV.
Gestarsalud participó activamente con datos, estrategias y conocimiento de los retos, dificultades y experiencias exitosas en las diferentes zonas del territorio nacional; dinamizando una articulación entre gobiernos locales, EPS e IPS; generando sesiones permanentes virtuales con todos los actores; con estrategias de información y comunicación, así como con el conocimiento acumulado que tiene de la población más vulnerable del país.
Podemos decir que el covid-19 nos ha enseñado muchas cosas, pero de lo más importante ha sido la gran necesidad de estar en mayor cercanía con los usuarios e interactuando y generando vínculos de compromiso y corresponsabilidad con ellos, que son los otros responsables del proceso de atención en salud.
Es importante resaltar, nuevamente, este compromiso y la autorresponsabilidad que ha mostrado también la comunidad. Porque sí, puede haber normas, instrumentos, compras, negociaciones y distribución, pero si cada individuo no decide protegerse cualquier esfuerzo es inútil.
De cara a lo que viene debemos estar pendientes de varias cosas. Por un lado, la necesidad de avanzar en que cerca de siete millones de personas comiencen sus esquemas, que otros 8 millones los completen y que más de 20 millones de habitantes tengan también su dosis de refuerzo.
A los grupos en los que no ha calado el mensaje de la conciencia de la autoprotección les decimos que la vacuna es una parte del bienestar y tranquilidad individual, y que también es igualmente clave procurar un estado de salud óptimo, comiendo bien, teniendo actividad física, haciendo caso a los médicos, propendiendo por los buenos hábitos y atendiendo nuestras patologías y comorbilidades. La mayor enseñanza de los últimos tiempos es que con individuos más sanos se disminuyen las complicaciones de enfermedades que ya tenemos, protegiéndonos ante cualquier contingencia que enfrentemos en la vida.