En pleno tercer pico epidemiológico de COVID-19 y con la capacidad de Unidad de Cuidados Intensivos al límite, las aglomeraciones resultan ser un ejercicio arriesgado para la situación sanitaria del país, que ya sobrevive a problemas sociales y económicos derivados de manifestaciones sociales.
Desde finales del año pasado, los aerosoles comenzaron a formar parte importante de la evidencia en el contagio de la nueva enfermedad, de ahí que una cuarta recomendación de bioseguridad- determinante para mitigar riesgos- es la permanencia con personas ajenas del núcleo familiar en lugares bien ventilados y abiertos.
Entonces surge la duda: si las manifestaciones se dan al aire libre, ¿qué tan probable es que las personas se puedan contagiar? Para aclarar el tema entrevistamos a Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública. Ella dio detalles de lo peligrosa que resulta ser la maniobra de aglomeraciones en espacios abiertos, de cara al contagio de COVID-19.
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Cuando las personas están al aire libre, en principio tienen menor riesgo de contagiarse, pero todo depende de las condiciones de permanencia al aire libre. En este sentido, y considerando la adrenalina e improvisación que significan las protestas de calle, más aún en la población joven, respetar las reglas de oro de bioseguridad es determinante en la protección individual y colectiva, de otra manera, no vale de nada estar en espacios abiertos.
El uso del tapabocas es fundamental: si las personas están en compañía de otros y se rompe el distanciamiento de, al menos, dos metros, el tapabocas podría resultar una especie de escudo protector, si y solo si está bien puesto y cumple con las recomendaciones de capas de la OMS.
Pero en la práctica, esto no es necesariamente así. Cuando las personas comen o toman algo, obligatoriamente, se quitan el tapabocas y las probabilidades de que conversen son altas y ese es un factor ideal para una transmisión en masa.
Los cantos, arengas y conversaciones que se dan durante las manifestaciones también resultan un riesgo alto e importante para la transmisión de la nueva enfermedad.
Indistintamente de que se esté en un lugar abierto y posiblemente ventilado, cuando se generan aerosoles (gotículas del virus que se esparcen por el ambiente) en gran cantidad esto es factor de riesgo extremadamente alto; a menos que las personas estén, al menos, a dos metros de distancia unas de otras.
«Siempre los espacios de aglomeración van a ser espacios de riesgo. Claro que, si se pone en una escala de análisis de lo que significan los espacios de súper contagio, siempre va a ser mejor estar en un espacio abierto, pero no quiere decir que estemos libres de riesgo con aglomeraciones al aire libre en donde no se cumplen las normas de bioseguridad».
La experta asegura que un punto a tener en cuenta en la trasmisión de virus es la llegada al país de variantes extranjeras, que son más contagiosas y agresivas; lo que implica, en la actualidad, que las personas en menos tiempo de exposición al virus también se contagian. A diferencia de lo que ocurría con las primeras variantes.
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La situación de las manifestaciones complica el panorama sanitario del país porque, incluso antes de las protestas, ya muchos territorios estaban llegando al límite en ocupación de Unidad de Cuidados Intensivos.
«Varios departamentos como Antioquia, Atlántico, La Guajira, Chocó, Valle del Cauca, Eje Cafetero, Santander, Norte de Santander, Meta, Boyacá, Soacha y Bogotá están en una situación de calamidad pública. La cantidad de personas en Colombia que han sido vacunadas con dos dosis es poca. El sistema sanitario, de por sí, está ya en problemas, si a eso le sumamos que hay dificultades para hacer llegar el oxígeno, medicamentos, dispositivos médicos y todo lo que se requiere, incluyendo al mismo personal de salud, definitivamente estamos en una situación de mucha complejidad y dificultad para el país».
La líder de la Asociación Colombiana de Salud Pública invita a la ciudadanía a ejercer su derecho legítimo y constitucional a la protesta, pero desde la conciencia, a través de manifestaciones creativas y bioseguras, donde las personas puedan respetar el distanciamiento y se puedan cuidar.