El mundo lleva un año actuando en función de los virus, especialmente de uno. Los virus son microbios diminutos del planeta, que logran enfermar a una persona e incluso llevarla a la muerte. Fueron descubiertos, en forma y función, a mediados del siglo pasado. Antes, el hombre no tenía la capacidad de determinar qué producía sus efectos en la salud. Se sabía que no eran bacterias, hongos u otros microorganismos, pero gracias al microscopio ya se conoce su estructura y formas de actuar.
Para entender el comportamiento de los virus en Gestarsalud.com conversamos con Jaime Ordóñez, médico PhD en Epidemiología, MSc. en Economía de la Salud e investigador senior en True Consulting. El doctor define los virus como una célula no vida, pues, a diferencia de las células, los virus no son capaces de producir su propia energía. Se trata de un tramo de instrucciones genéticas, bien sea de ADN o ARN, envueltos en una cápsula de proteína. Las formas son diferentes, según el tipo. En el caso de los coronavirus, esa cápsula está formada por una serie de espigas con una corona y su función es la de ayudar a capturar células para poder reproducirse.
«Los virus son ineficientes. Se pueden copiar a sí mismos, pero de uno en uno. A diferencia de lo que muchos piensan, los virus no son una desgracia. Tienen unos cuatro mil millones de años. Se calcula que un porcentaje importante, entre el 15 % y el 17 % del ADN humano viene de ellos», asegura el Dr. Ordóñez.
Los virus han evolucionado para reproducirse dentro de la célula que infectan, ya que, por si solos, no son capaces de hacerlo. Carecen de la maquinaria molecular necesaria.
Como todo en la naturaleza, insiste el epidemiólogo, los virus también tienen pro y contra. A veces, cuando los virus se replican generan defectos y esos defectos pueden ser negativos, como es el caso de los coronavirus. Una de las características del mamífero es que el embrión se puede pegar al útero y puede andar con su cría dentro de sí mismo, eso es parte de la evolución positiva de los virus.
El doctor Jaime Ordóñez hace la analogía de los virus con el humano que hace la guerra. Asegura que la humanidad, en el sentido contrario de su naturaleza, cuando arremete contra su especie, también se convierte en un problema. Lo mismo pasa con los virus. En su defensa, el epidemiólogo asegura que a los virus no les interesa matar a la gente, por una razón muy sencilla: necesita a la gente para reproducirse.
«Cuando el virus ataca al ser humano eso responde a un accidente de la naturaleza. Lo ideal de un virus sería replicarse sin enfermar ni matar. El éxito de cualquier organismo sobre la faz de la tierra o el éxito evolutivo está en replicarse. Entonces, técnicamente, al virus no le interesa que la gente muera, pero evidentemente no tiene conciencia de ello».
Dr. Jaime Ordóñez.
Los virus, a consideración de Ordóñez, se vuelven un problema para la humanidad cuando no hay inmunidad. Los humanos desarrollan inmunidad a través de un proceso lento. Contra la gripa española, por ejemplo, no hubo vacunas: algunos se enfermaron, se recuperaron y crearon inmunidad y otros murieron. Cuando quienes enfermaron y sobrevivieron tuvieron hijos, estos nuevos humanos nacieron con esta inmunidad.
«Los virus nuevos, por ende, son los que generan problemas. Esas enfermedades se llaman Zoonosis porque son enfermedades que vienen de los animales. El VIH, por ejemplo, era un virus endémico de los chimpancés, pero por agresividad del hombre en la selva o por actividad sexual pasaron a los humanos”.
Con asombro el Dr. Jaime Ordóñez recuerda que en lo que va del siglo XXI se han registrado ocho pandemias: SARS, MERS, H1N1, gripe aviar, gripe porcina, ébola, zica y SARS-CoV-2. La culpa es de la especie humana, asegura sin titubear, pues cuando el hombre comienza a violentar el habitad que no le pertenece, se expone a que los virus lo invadan.
La doctora Carmen Laborde, líder de analítica sanitaria y directora científica del Instituto de Epidemiología y Medicina Preventiva del Caribe, coincide con la definición del Dr. Ordóñez. La experta asegura que, a diferencia de las bacterias, los virus son menos evolucionados y necesitan de otros seres para poder multiplicarse. Los define como pequeños pedazos de ARN (ácido ribonucleico) o ADN (ácido desoxirribonucleico). Muchos están encapsulados en una envoltura hecha a base de proteínas, conocida como cápside. Otros protegen su material genético con una membrana o envoltura derivada de la célula a la que infectan y algunos otros, además, rodean su cápside con una membrana celular.
¿Qué sobre los coronavirus?
Sobre los coronavirus, la doctora Laborde explica que estos también han venido evolucionando. Existen cuatro tipos: Alfa Coronavirus, Beta Coronavirus, Delta Coronavirus y Gama Coronavirus. De estos, solo los Alfa Coronavirus y Beta Coronavirus afectan a los humanos. Dentro de los Alfa Coronavirus hay dos variantes que afectan al hombre y dentro de los Beta hay cinco. «Las dos variantes Alfa y dos de las variantes Beta son los responsables de más del 30 % de los resfriados comunes que presentamos los humanos. Las otras tres variantes (SARS, MERS y SARS-CoV-2) son los que causan las infecciones agudas respiratorias graves».
La experta asegura que, la susceptibilidad o no de un virus ante una vacuna depende de sus propiedades y de las del sistema inmunológico humano.
Los virus se comportan de diferentes formas asegura la Dra. Laborde. Una de las habilidades del VIH, por ejemplo, es que es capaz de tomar el comando de replicación de las células y de afectar al sistema inmunológico. Los coronavirus, por su parte, tienen afinidad por las células del sistema respiratorio y también por las células del intestino delgado.
La eficiencia de las vacunas dependerá de los mecanismos humanos (respuesta inmunológica), así como de los mecanismos que tiene el mismo virus para entrar a las células. «El virus de la Influenza también muta, cambia anualmente y por ello se producen vacunas nuevas todos los años. Lo que no se conoce con este coronavirus es cada cuánto tiempo exactamente se debe producir una nueva vacuna. El tema de esta pandemia es que, como es un nuevo microorganismo, aún no se conocen los tiempos de inmunidad que dan las vacunas ni el que tiene el sistema inmunológico humano. Además, tiene más capacidad de contagio que la influenza».