Desde el inicio del Plan Nacional de Vacunación, la inmunización contra la COVID-19 ha tenido algunos contratiempos, en este sentido, el centro de pensamiento Así Vamos en Salud se sumó a las mesas de diálogo territoriales e identificó los cuellos de botella y las oportunidades que por regiones hay en el contexto de inmunización nacional.
Estas mesas territoriales facilitaron el diálogo entre las partes involucradas y permitieron identificar, oportunamente, las contingencias que han surgido durante la implementación del Plan Nacional de Vacunación, diagnóstico clave para agilizar el proceso de inmunización de los colombianos.
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Como resultado de la primera ronda de mesas territoriales, liderada por Augusto Galán Sarmiento, director de Así Vamos en Salud, se identificaron las cinco oportunidades de mejora que hay de cara a la vacunación contra la COVID-19:
1. Distribución de la vacuna
Desde la llegada de las dosis de antídotos al país, tarda entre 24 y 48 horas la distribución a las distintas secretarías de salud. No obstante, por problemas de logística dentro de los territorios, el arribo a las poblaciones se toma un tiempo adicional. Más cuando se trata de regiones apartadas de las ciudades capitales.
«Se identificó la oportunidad de optimizar el proceso de vacunación en las zonas rurales mediante la unificación de segmentos de la población, de tal manera que se justifique la adecuación de la infraestructura necesaria para atender a un número significativo de personas. Cabe citar, por ejemplo, la efectividad de la estrategia diseñada para la Amazonía».
2. Talento humano capacitado y con mayor dedicación
Convendría avanzar en la capacitación del talento humano con el propósito de preparar a más promotores de salud, que puedan ejercer fuera de las instituciones sanitarias. De igual forma, se deben fortalecer los frentes administrativo y logístico en favor de alcanzar mayor eficiencia en el proceso de vacunación. Es necesario revisar la dedicación del recurso humano en consideración de que la vacunación es una tarea operativa y repetitiva, que podría provocar agotamiento o derivar en lesiones o desatenciones.
3. Actualización de bases de datos para mantener el agendamiento previo
De acuerdo con la información que entrega el Gobierno nacional, se han vacunado cerca del 85 % de los adultos mayores del país, pero el principal desafío en este punto está en la necesidad de actualizar las bases de datos de las EPS para citar a los usuarios en las distintas fases contempladas en el Plan Nacional de Vacunación, según la edad y las condiciones de salud preexistentes.
A la fecha uno de los principales cuellos de botella ha sido la dificultad de contactar a los adultos mayores, la mayoría de los cuales no utiliza teléfonos celulares ni correo electrónico. Es prioridad que los ciudadanos encuentren el mecanismo de comunicarse con su entidad promotora de salud para actualizar sus datos y agilizar el proceso
Los expertos coinciden en recomendar que, si en el futuro se opta por aplicar la vacuna en escenarios de congregación masiva como estadios y recintos feriales, se preserve el agendamiento previo en favor del orden en el proceso.
4. Colaboración público-privada
El sector industrial privado puede agregar más valor al desarrollo de la ciencia y la tecnología y, en especial, de manufactura y producción de vacunas humanas, en el marco de una política pública que genere incentivos y destine recursos para los retos dados por la COVID-19, pero también para futuros riesgos epidemiológicos, que se podrán presentar con otros virus y otras enfermedades.
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«Lo ideal es que esta opción esté enmarcada en una estrategia integral de desarrollo en Ciencia y Tecnología, de conformidad con lo propuesto por la Misión de Sabios, que responda a la necesidad de establecer una política de seguridad sanitaria y farmacéutica, la cual atienda a los requerimientos epidemiológicos».
5. Producción de vacunas
Es un hecho que la distribución de las vacunas a nivel mundial no es equitativa. A esto se suma que a la fecha los laboratorios solo han cumplido con la entrega del 20 % de la producción esperada de la meta mensual. Como consecuencia, los territorios más rezagados prevén la imposibilidad de alcanzar la inmunización de rebaño global en el corto plazo.
Es urgente y prioritario que Colombia consiga autoabastecerse o concretar acuerdos regionales en materia de fabricación o apoyo científico para que, a finales de diciembre de 2021, pueda tener una vacuna de virus atenuado y en 2022 haya una vacuna de vectores de la COVID-19.
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La efectividad de las mesas de diálogo ha sido tal que se continuarán organizando para continuar evaluando esta difícil coyuntura, generada por el nuevo coronavirus, en favor de ajustar lo pertinente de cara al éxito del Plan Nacional de Vacunación.