Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de su gestación. Una situación bastante común para las familias colombianas, donde el 20% de los niños que nacen son prematuros. Hoy, el mundo conmemora el Día Mundial del Prematuro, una fecha que lleva a recordar la importancia del cuidado antes y durante el embarazo y las implicaciones que un nacimiento antes del término tiene, para las familias y para la vida que apenas comienza.
En un trabajo publicado por Coosalud EPS, la institución explica que Colombia es uno de los países del mundo con más casos de nacimientos antes de término En la mayoría de países la relación de nacimientos prematuros es 1 por cada 10, y en Colombia se duplica. Por regiones, Bogotá es la ciudad donde más casos de niños prematuros se presenta, seguido de Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico y Bolívar.
Explica la OMS que cada año nacen en el mundo unos 15 millones de bebés antes de llegar a término, es decir, más de uno en 10 nacimientos. “Aproximadamente, un millón de niños prematuros mueren cada año debido a complicaciones en el parto. Muchos de los bebés prematuros que sobreviven sufren algún tipo de discapacidad de por vida, en particular, discapacidades relacionadas con el aprendizaje y problemas visuales y auditivos”.
En el mundo, la prematuridad es la primera causa de mortalidad en los niños menores de cinco años. En casi todos los países que disponen de datos fiables al respecto, las tasas de nacimientos prematuros están aumentando.
«Las tasas de supervivencia presentan notables disparidades entre los distintos países del mundo. En contextos de ingresos bajos, la mitad de los bebés nacidos a las 32 semanas (dos meses antes de llegar a término) mueren por no haber recibido cuidados sencillos y costo-eficaces, como aportar al recién nacido calor suficiente, o no haber proporcionado apoyo a la lactancia materna, así como por no habérseles administrado atención básica para combatir infecciones y problemas respiratorios. En los países de ingresos altos, prácticamente la totalidad de estos bebés sobrevive. El uso deficiente de la tecnología en entornos de ingresos medios está provocando una mayor carga de discapacidad entre los bebés prematuros que sobreviven al periodo prenatal”.
Organización Mundial de la Salud
Los niños prematuros se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional:
- prematuros extremos (menos de 28 semanas).
- muy prematuros (28 a 32 semanas).
- prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).
El parto inducido y el parto por cesárea no deben planificarse antes de que se hayan cumplido 39 semanas de gestación, salvo que esté indicado por razones médicas.
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Prematuros en pandemia
Si bien, el nacimiento de un niño prematuro puede generar angustia e incertidumbre en los padres, la llegada del nuevo coronavirus ha creado escenarios cada vez más desafiantes, pues hace evidente que las medidas de cuidado y prevención deben ser mayores. En esa línea, Alejandro Colmenares, médico neonatólogo, indica que la medida de más eficaz para la protección de enfermedades e infecciones prevenibles es la vacunación.
“Los niños prematuros son considerados de alto riesgo para adquirir enfermedades inmunoprevenibles y la vacunación se convierte en una herramienta de protección indispensable para los recién nacidos y en especial para los prematuros. Sin duda, la vacunación es el mayor acto de amor, pues les da herramientas que los protegen de infecciones y las posibles complicaciones que pueden ocasionar dichas enfermedades. Está clínicamente comprobado que el bebé prematuro tiene los mecanismos necesarios para generar respuesta a la vacunación”.
Dr. Alejandro Colmenares, neonatólogo.
El cuidado de los padres también es clave
Los bebés prematuros deben recibir y tener cuidados de sus padres y seguimiento en un Programa Madres Canguro (PMC). Estos programas buscan disminuir la mortalidad de los recién nacidos prematuros y/o de bajo peso al nacer, a través de una serie de pautas para su seguimiento durante la hospitalización y el alta. De esta manera, la madre o padre tienen contacto directo con el bebé, como proveedores de la llamada Posición Canguro, cargándolo continuamente hasta que el bebé alcanza la madurez esperada.
No obstante, con el Covid-19 ningún padre está exento de contagiarse y, el panorama impide el acompañamiento del recién nacido en el PMC.
“En el proceso de maduración de los niños no solo la vacunación debe reforzarse, sino también la lactancia materna, la posición canguro y el contacto piel a piel de los padres y los menores. Por eso es clave que los padres se cuiden con el aislamiento y el lavado de manos, pues de las enfermedades prevenibles se encargan las vacunas, pero de las que aún no cuentan con inmunización la responsabilidad depende del autocuidado”.
Además de las recomendaciones en medio de la pandemia, el experto recuerda que la mejor forma de prevenir un embarazo prematuro comienza con un embarazo saludable, con asesoramiento sobre una dieta saludable y la nutrición óptima.