Colombia se empieza a recuperar, de manera muy aletargada del impacto económico dejado por las cuarentenas obligatorias y confinamientos establecidos por el Gobierno nacional a finales de marzo, como medida de contención y mitigación del Covid-19. El porcentaje de desempleo más alto registrado en la historia reciente del país y cientos de muertes por cuenta de la nueva enfermedad han sido dos de los resultados más devastadores dejados a su paso. El pico epidemiológico, aparentemente, empezó a descender y, al cabo de un rato, a estancarse, sin embargo, la amenaza de nuevos brotes sigue latente en el país.
La incertidumbre que trae consigo el aumento súbito en el número de casos positivos del nuevo Coronavirus, de cara al colapso del sistema de salud, ha puesto en la mesa de las alternativas del Estado la posibilidad de nuevos cierres económicos, aunque la decisión será una de las últimas en tomarse.
En palabras del presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), Bruce Mac Master, las cifras presentadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) sobre los índices de desempleo y afectación económica del país, deben llevar a pensar en lo negativo que podría ser para el empleo y la sociedad en general un nuevo cierre de la economía, así sea parcial. “Es por eso que como sociedad debemos ponernos como meta, ser mucho más disciplinados y cuidarnos más que antes”.
Considera que el desempleo en el país ha impactado a empresas de menos de 10 empleados y a poblaciones medianas y pequeñas, ya que el dato de las 13 principales ciudades está tres puntos porcentuales por encima de la cifra nacional. “Esto también nos permite imaginar que las políticas públicas dirigidas a activar la economía y a las empresas en municipios pequeños y medianos, seguramente serán las mejores estrategias”.
Lea también: aglomeraciones en pandemia podrían causar activación de cuarentena por ciudades
El líder de la ANDI asegura que el actual panorama evidencia la necesidad de que todos los agentes económicos focalicen esfuerzos en la reactivación. Una primera prioridad es salvar a las empresas para conservar el tejido empresarial y preservar los empleos, pues, considera, que resulta más fácil conservar las empresas existentes que crear unas nuevas.
Según el DANE, en la medida que el mercado laboral empieza a dejar de lado algunas características de la situación de pandemia y reanuda su activación, también ha ido retomando el perfil que tenía entre 2018 y 2019, especialmente marcado por el deterioro de la población ocupada en pequeños municipios y en actividades como el comercio minorista.
Todo sigue dependiendo del comportamiento ciudadano y su conciencia sobre las implicaciones sanitarias y económicas del Covid-19.
Pero a pesar de los fatales pronósticos sobre probables nuevas cuarentenas, todo seguirá dependiendo del comportamiento individual y del respeto de las tres reglas de oro en este momento: constante y correcto lavado de manos, correcto uso del tapabocas y distanciamiento físico de, al menos, dos metros con respecto a otras personas. En Bogotá, la Secretaría de Desarrollo Económico asegura que el cierre podría darse sí y solo sí los contagios y muertes sobrepasan la capacidad hospitalaria.
Lea también: severidad de nuevos brotes de Covid-19 sólo dependerá de la obediencia y responsabilidad individual
Según le declaró Alberto Cabal, presidente de Fenalco, a Revista Semana, un nuevo cierre en las grandes ciudades daría la “estocada final” al proceso de activación. Hacerlo tendría efectos peores que los de la primera cuarentena nacional, pues los empresarios hicieron enormes inversiones para cumplir los protocolos, mantener las nóminas y contratar nuevos empleados “para echar a andar de nuevo sus negocios”.
Los sectores del país están claros de los problemas que traerían consigo nuevas cuarentenas o confinamientos, pero no es posible tampoco dejar rebosar la capacidad hospitalaria nacional.