Prevención, un término que en el marco de la emergencia sanitaria planteada por el Covid-19 se ha hecho escuchar. Necesaria desde mucho antes de las implicaciones de salud pública que hoy día someten al mundo. Prevenir es la mejor forma de mantener la salud a lo largo del tiempo, tan así que en la actualidad los sistemas de salud del mundo funcionan buscando la manera de transformar su naturaleza reactiva en preventiva.
El promedio de vida actual ha bajado. El cáncer, enfermedades respiratorias y otras crónicas importantes invaden hoy el bienestar de las personas, jóvenes en la mayoría de los casos, disminuyendo el promedio de vida que se manejaba a mediados del siglo pasado. Marisa Azaret, psicóloga y colaboradora para asuntos médicos de CNN en Español, asegura que la prevención es la mejor manera de evitar complicaciones a futuro, en este sentido, gracias a sus recomendaciones le informamos qué aspectos de su cuerpo debe cuidar a los 30 años para llegar a la cuarta década con un buen estado de salud física.
Mantener la presión arterial en los rangos adecuados
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la hipertensión arterial (HTA) es la causante del 45% de fallecimientos por cardiopatía y del 51% por accidente cerebrovascular. Además, a nivel mundial existen más de mil millones de pacientes con hipertensión y se producen más de nueve millones de muertes relacionadas con esta patología cada año. Lo deseable es que la presión arterial esté por debajo de los 125/80 mm de Hg.
Según le explicó el doctor Carlos Fernández, director médico del Grupo NC Salud, a Infosalus, en muchos casos es posible mantener una presión arterial correcta con pequeñas medidas como aumentar los niveles de potasio o llevar una dieta mediterránea. «Siguiendo estas recomendaciones generales en nuestra alimentación diaria, estaremos apostando por la salud y por la prevención, reduciendo el riesgo de desarrollar HTA o ayudando a controlarla en caso de ser hipertenso. La consecuencia directa de estas acciones saludables será la reducción notable del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en el futuro».
Otras recomendaciones del médico son: mejorar el equilibrio hídrico, evitar el consumo de más de 5 gramos al día de sal y acompañar los hábitos alimenticios saludables con otras prácticas.
Controlar los niveles de colesterol
En el organismo humano existen dos tipos de colesterol; el denominado colesterol “bueno” o HDL, que ayuda a limpiar las arterias, y el colesterol “malo” o LDL, que puede obstruirlas y desencadenar enfermedades cardiovasculares. El colesterol, unido a las lipoproteínas de alta densidad o colesterol HDL, constituye un factor de protección. Cuanto más elevado sea el nivel de HDL, menor será la probabilidad de sufrir un episodio cardiovascular. En cambio, el colesterol que circula unido a las lipoproteínas de baja densidad o colesterol LDL es uno de los factores de riesgo más importantes para la salud.
Según detalla el portal egarsat.es, para prevenir niveles de colesterol elevados es necesario cuidar la alimentación y consumir legumbres, pescado azul, cereales integrales, hortalizas, frutos secos y semillas; reducir el consumo de embutidos, carnes rojas, bollería, repostería, helados, aperitivos salados, postres lácteos, quesos y salsas; controlar el peso y hacer actividades físicas placenteras; hacer entre 30 y 60 minutos diarios de ejercicios aeróbicos para reducir el riesgo de sufrir un infarto; caminar a buen ritmo una hora todos los días para favorecer el control del peso y dejar de fumar.
Reducir los niveles de azúcar en la sangre
El nivel alto de azúcar en la sangre ocurre cuando el cuerpo no puede transportar eficazmente el azúcar de la sangre a las células. Cuando no se examina, esto puede ocasionar la diabetes.
Según especialistas, para mantener adecuados niveles de azúcar en la sangre es necesario hacer ejercicio físico, controlar la ingesta de carbohidratos, incrementar la ingesta de fibra, tomar agua y permanecer hidratado, incrementar el control e ingesta de porciones de calorías, consumir alimentos con índices glucémicos bajos, controlar los niveles de estrés, monitorear los niveles de azúcar en la sangre, dormir suficiente tiempo e ingerir alimentos ricos en cromo y magnesio.