Desde que comenzó el auge por el uso de las redes sociales en el mundo estas se convirtieron en un arma de doble filo. Si bien son beneficiosas a la hora de comunicarnos, su uso incorrecto y repetitivo también puede perjudicar la estabilidad emocional de las personas.
Pese a que los adolescentes son los que más utilizan las redes sociales como medio de comunicación, también son los que están más expuestos a noticias falsas o negativas que afecten su serenidad. En entrevista con Gestarsalud, el influencer de Instagram Simón Araujo, nos contó sobre cuál puede ser el posible impacto de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes.
“Es un enemigo silencioso, pues parece inofensivo el hecho de estar conectándose, compartiendo y comentando. Pero es un constante desgaste porque uno se siente en una competencia. Lo que más me afecta es esa comparación con los demás. Las redes sociales no son sino la cara bonita de todo el mundo porque nadie va a poner lo que no quieren que vean de uno. Es un mundo de apariencias que no es real”, aseguró.
Afirmó que el mal uso de las redes puede llegar a afectar tanto la tranquilidad de las mujeres, como a la de los hombres: “eso de que a las mujeres les afecta más porque idealizan un modelo de belleza, también nos pasa a los hombres. Yo como influencer me estoy comparando constantemente con personas que se dedican a lo mismo que yo. ¿Por qué esa persona tiene más likes y yo menos? ¿Por qué a esa persona le comentan más y a mí menos?”.
Considera que es importante tener alternativas que eviten el uso reiterativo de la internet, como hacer deporte, leer un libro o hablar con amigos cercanos. “Mientras uno sea consciente de que las redes pueden afectar a las personas y de que efectivamente son peligrosas cuando te pasas de cierto punto, con eso basta para que tú, por lo menos, tengas costumbres más saludables”.
Por otro lado, la psicóloga María Victoria Reyes Ortíz, asegura que “se necesita de madurez para poder manejar las redes de manera adecuada. Sin embargo, veo que principalmente son manejadas por adolescentes, que todavía están en formación y que no tienen una madurez suficiente para controlarlas. Esto hace que sean las redes sociales las que los manejen a ellos y muchas veces se convierten en adicciones totales para su vida”.
Para ella, internet sí tiene un altísimo impacto en la autoestima de las personas; porque si bien antes los humanos construían su autoestima con base en lo que la familia, maestros y amigos decían; hoy se hace con base en perfiles idealistas que, muchas veces, muestran una realidad utópica en redes sociales.
“Estos perfiles idealistas son los que cada uno crea; y no son la realidad de lo que la persona es, sino de lo que la persona cree que podría ser. Y, al no ser reales, van a tener grandes dificultades con ellos mismos y con las relaciones con las otras personas. Si su perfil no gusta, las personas van a tener una grandísima angustia y se van a sentir deprimidos y van a pensar que no son personas valiosas para nadie, ni para ellos mismos”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), de hecho, asegura que la depresión es una de las enfermedades más comunes en adolescentes a nivel mundial, y que el suicidio es la tercera causa de muerte en personas entre 15 y 19 años. Si bien estas cifras son alarmantes, la autoestima, por ejemplo, es otro de los sentimientos que también se puede comprometer con el mal uso de las redes sociales.
“Uno de los usos incorrectos es cuando el celular está permanentemente al lado de la persona. Debe usarse en períodos de tiempo y debe haber una regulación en la casa. En los adultos, creo que cada uno debe cuestionarse si realmente estar pegado a las redes sociales trae algún beneficio o, por el contrario, trae angustias, problemas e inseguridades”, concluyó Reyes.
El documental ‘The Social Dilemma’ hace referencia a este fenómeno de la adicción a las redes sociales, en donde varios expertos y trabajadores de Facebook y Google, hablaron sobre cómo las redes nos controlan a nosotros como seres humanos, para que veamos lo que ellos quieren que veamos, y no lo que nosotros queremos ver. De tal manera, las redes configuran dicho perfil idealista por medio de algoritmos que buscan atrapar la atención de las personas.