El nuevo Coronavirus sigue entre nosotros. Las flexibilizaciones dadas en el mundo, y puntualmente, en Colombia no tienen ninguna relación con disminución de contagios, casos o muertes. Se trata de medidas que responden a la necesidad de los países y las personas de activarse laboralmente para poder sobrevivir, al tiempo que, adoptan las más rigurosas medidas de bioseguridad individuales en lo que el mundo ha denominado “la nueva normalidad”. La incierta duración del Covid-19 y el desconocimiento que aún gira en torno a la enfermedad no dejan otra alternativa que continuar las dinámicas habituales, con reglas contundentes para continuar.
Un artículo publicado en The New England Journal of Medicine sugiere que el uso de una mascarilla facial universal podría ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad y a asegurar que una mayor proporción de nuevas infecciones sean asintomáticas. La práctica en el uso de tapabocas parece ser, hasta ahora, la más efectiva vacuna contra la nueva enfermedad.
«Las tasas de letalidad en países con enmascaramiento obligatorio en toda la población se han mantenido bajas, incluso con resurgimientos de casos después de que se levantaron los cierres. La proporción de infecciones asintomáticos entre las más de 500 personas que se enfermaron en plantas de procesamiento de alimentos en Estados Unidos fue del 95% y solo el 5%, en cada brote, experimentó síntomas de leves a moderados».
The New England Journal of Medicine.
Las mascarillas ayudan a que las partículas que se expelen a través de la saliva y la nariz sean mucho menores y, en el caso de que se escapen y logren llegar a las mucosas de otra persona, transportan una carga viral baja, por ende, provocan una enfermedad con menos síntomas.
Por su parte, la revista The Lancet sugiere, gracias a las revisiones sistémicas del uso de mascarillas, reducciones del riesgo relativo (RR) de infección que oscilan entre el 6 y el 80%, incluida la infección por betacoronavirus (p. Ej., Covid-19, SARS, MERS).
«A pesar de la incertidumbre, el rango de posible reducción del RR debe considerarse en el contexto de la epidemiología local y traducirse en reducciones absolutas del riesgo. En Noruega, por ejemplo, se estimó que 200.000 personas necesitarían usar mascarillas para prevenir una nueva infección por semana. Asumieron una reducción del RR del 40% con el uso de mascarillas quirúrgicas”.
Otro estudio, esta vez liderado por la Revista Internacional de Estudios de Enfermería en agosto de este año, concluyó que el uso de mascarillas comunitarias por personas sanas podría ser beneficioso, en particular para el Covid-19, donde la transmisión puede ser presintomática.
El documento expresa que los estudios de las mascarillas como control de la fuente también sugieren un beneficio y pueden ser importantes durante la pandemia en relación con el uso de mascarillas faciales de la comunidad universal, así como en entornos de atención médica.
El empeño de la ciencia por conseguir un antídoto efectivo que mitigue la propagación del Covid-19 en el mundo continúa, pero mientras no se haya materializado la solución definitiva la responsabilidad de cada persona, sobre todo con el adecuado uso del tapabocas, resulta tan importante como el esfuerzo que hacen los investigadores en este sentido. En Colombia, el uso de tapabocas es obligatorio, pero más allá de la normativa legal, la conciencia ciudadana y personal es aún más determinante y efectiva.
El Ministerio de Salud y Protección Social, de la mano con el Instituto Nacional de Salud (INS) y todos los organismos que componen el músculo institucional del país y del sector sanitario, insisten en la importancia del correcto uso del tapabocas en esa búsqueda colectiva de lograr el bienestar individual y general.
La cartera de salud ha ofrecido, además, una guía práctica con indicaciones sobre lo que debe ser el uso de mascarilla, cómo usarlas, qué materiales son adecuados y detalles que facilitan el conocimiento en esta materia. “No hay que bajar la guardia”, insiste el ministro de Salud, Fernando Ruíz, el compromiso individual es la clave del éxito en esta etapa de la pandemia.