El uso de la mascarilla es una de las herramientas más efectivas en la prevención de contagio de Covid-19. En Colombia, su uso es obligatorio y forma parte de las medidas castigadas por la ley en el caso de no ser acatadas.
Pero aún existe un gran desconocimiento sobre el uso, mantenimiento y la pertinencia de cada tipo de tapabocas. Desde Gestarsalud ofrecemos una guía práctica, basada en evidencias científicas, sobre la manera cómo se debe usar cada mascarilla y el tiempo de vida según su tipo:
- Tapabocas N-95: son los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las personas que presentan síntomas, personal médico o para acompañantes de pacientes con enfermedades respiratorias o problemas serios de salud. Su indiscriminado uso es contraproducente en la relación oferta y demanda, además afecta la disponibilidad para los casos en los que realmente son requeridos.
La Universidad de Standford sugiere dos métodos caseros para desinfectar este tipo de tapabocas: se pueden meter en el horno a 70 grados, durante 30 minutos (ya que a partir de los 56 grados el virus se inactiva). También se puede calentar a vapor sobre agua hirviendo durante 10 minutos. En este último caso los expertos advierten que la mascarilla puede que no se ajuste como antes.
- Tapabocas quirúrgicos: son desechables y tienen una vida útil de, máximo, cuatro horas o cuando se humedecen. Filtran entre el 60% y 80% de partículas pequeñas. Expertos aseguran que estas mascarillas son ideales para usar en la cotidianidad, pero la demanda actual amerita para la gente y sus rutinas otras alternativas, con el fin de que el personal médico y de salud tenga acceso a ellas.
- Mascarillas de tela: la OMS recomendó que sea éste el material utilizado en la cotidianidad de los países que están levantando sus medidas de confinamiento. Según el ente hay nuevas evidencias científicas, resultantes de investigaciones de las universidades de Stanford y Colorado, que aseguran sobre el alto nivel de protección de las mascarillas de tela.
Los materiales recomendados para la fabricación de tapabocas de tela eficaces son polipropileno, algodón y poliéster. La celulosa y la seda como últimas alternativas.
Lo importante en la estructura de estos tapabocas es que tengan tres capas, incluida una de tela quirúrgica para que ayude con los inconvenientes de filtración de la polución y de los virus.
El material más absorbente (por ejemplo, el algodón) debe ubicarse en la parte interna, más cerca de la boca para que las gotas de saliva queden allí. Por fuera debería ir el material que más repele el agua, como el poliéster. Como filtro (en el medio) se podría utilizar el polipropileno, que es el material que se utiliza en las mascarillas quirúrgicas.
Éstos se pueden lavar luego de ser utilizados, preferiblemente, con agua caliente y jabón.
Según algunos expertos, los tapabocas que tienen válvulas solo protegen a quien los usa. No cumplen ninguna función al externo, pues las partículas del virus pueden salir, a través de la válvula.