En vísperas del Día Mundial de la Salud, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, y la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, abogaron por soluciones colectivas para que todas las personas, en todas partes tengan acceso a los servicios de salud que necesitan.
En la región de las Américas, un tercio de la población enfrenta obstáculos para acceder a la salud. “La salud es un derecho y como tal debemos superar las barreras de acceso a la atención”, afirmó Etienne y llamó a eliminar el pago directo que deben hacer muchas personas en el punto de entrada a los servicios de salud. Este pago, dijo, “constituye la principal barrera y empuja a las familias hacia la pobreza”.
Otras barreras son las geográficas, las institucionales y el estigma y la discriminación en los servicios de salud, así como las inequidades. “No es suficiente tener hospitales y centros de salud, estas instituciones deben contar con la combinación adecuada de recursos humanos, infraestructura y equipos, medicamentos y otras tecnologías de salud, para evitar largos tiempos de espera y ofrecer una atención de calidad”, señaló Etienne.
La salud universal, tema del Día Mundial de la Salud, implica que todas las personas y comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios de salud de calidad sin tener que exponerse a dificultades financieras. Bajo el lema “Salud universal: para todos y todas, en todas partes”, la campaña regional para las Américas impulsada por la OPS busca generar conciencia y encontrar soluciones que ayuden a alcanzar la salud para todas las personas en 2030.
“Necesitamos un movimiento regional masivo y escuchar todas las voces” para avanzar hacia la salud universal, indicó Etienne. El año pasado, la OPS lanzó en Ecuador un foro con la participación de diversos sectores, y creó la Comisión de Alto Nivel “Salud universal en el siglo XXI: 40 años de Alma-Ata, con Michelle Bachelet como presidenta.
A 40 años de la Declaración de Alma-Ata, que impulsó los valores del derecho a la salud, la equidad y la solidaridad, y reconoció a la atención primaria de salud como un enfoque estratégico en el desarrollo de los sistemas y servicios de salud, las Américas sigue siendo una de las regiones más inequitativas del mundo.
Bachelet consideró que ha habido avances importantes desde Alma-Ata, pero que aún persisten profundas brechas entre los países y al interior de los países. “Al mismo tiempo que hay centros de salud con una calidad que no hubiésemos pensado en el pasado, hay mujeres y niños que siguen muriendo por causas totalmente evitables”, lamentó. Para la médica chilena, “la desigualdad es el gran enemigo en América Latina y el Caribe”.
La expresidenta consideró que la estrategia de salud universal de la OPS, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la agenda sostenible para las Américas infunden una nueva vida al camino trazado en Alma-Ata. Y sostuvo que la ruta incluye un mayor énfasis a la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, reducir la segmentación y fragmentación de los servicios de salud, resguardar las condiciones laborales del personal de salud, incluir nuevas tecnologías e innovación, y mejorar la regulación del Estado para la construcción de sistemas de financiamiento que promuevan la solidaridad.
“En esta materia no hay ni milagros ni atajos, lo que hay es un largo camino de trabajo colectivo que lleva a más justicia para todos y todas”, concluyó.