La salud está en todo. Hablamos que esta debe pensarse como la posibilidad de que las personas y las comunidades trabajen con apoyo del sistema, sus propios problemas físicos, mentales y sociales, través de la participación activa en el cuidado de la salud. Esto implica reconocerse como dueños y responsable del cuidado de sí y del entorno.
Esta premisa permite entender la salud como el bien social de mayor valor público, esencial para la paz, así como para el crecimiento, la competitividad y las oportunidades igualitarias para el desarrollo.
Esto implica lograr la igualdad y desarrollo humano sostenible, actuando de manera directa sobre los determinantes sociales de la salud, disminuyendo de esta manera el impacto de la enfermedad sobre los años de vida saludables.
Y ¿cómo lograrlo?
Debemos empezar por reconocer que las acciones individuales son lo más importante para la salud. Pequeñas acciones y cambios en nuestra cotidianidad pueden aportar significativamente a la salud; parte de la transformación depende de asumir la responsabilidad propia y conjunta.
El plan decenal de salud pública, como herramienta rectora para la salud en Colombia, establece dentro de sus dimensiones la de Vida saludable y condiciones no transmisibles. Esta se resume como el conjunto de políticas e intervenciones sectoriales, transectoriales y comunitarias que buscan el bienestar y el disfrute de una vida sana en las diferentes etapas de la vida, promoviendo estilos de vida saludable en los espacios cotidianos de las personas, familias y comunidades, así como el acceso a una atención integrada de condiciones no transmisibles con enfoque diferencial.
Estas condiciones son tratadas desde dos componentes de intervención:
Modos, condiciones y estilos de vida saludables: Serie de intervenciones poblacionales, colectivas e individuales, que buscan promover entornos cotidianos que favorezcan una vida saludable.
Condiciones crónicas prevalentes: Son las respuestas del sector salud y de coordinación transectorial y comunitarias, orientadas a promover el acceso y abordaje efectivo de las enfermedades no transmisibles y las alteraciones de la salud bucal, visual y auditiva en los servicios de salud, incluidos los factores de riesgo y el daño acumulado para disminuir la carga de enfermedad evitable y discapacidad de los individuos, familias y comunidades de acuerdo con las realidades territoriales.
La transformación de hábitos y estilos de vida implica el empoderamiento por las acciones propias y la decisión de transformación para el cuidado de la salud. Acciones como la higiene oral, la salud visual, el cuidado de nuestros oídos, y el respeto por nuestro cuerpo son fundamentales para la transformación y lograr el goce de la salud.
Fuente: Así vamos en salud