Cuando Saray Land Campos tenía tres años, la luz de sus ojos se apagó y la pequeña que apenas empezaba a descubrir el mundo, tuvo que aprender a ‘ver’ no con los ojos, como lo hacían las demás personas, sino con sus otros sentidos, lo que la llevó a desarrollar una gran sensibilidad. Hoy en día esa habilidad le ha permitido convertirse en una de las cinco primeras mujeres colombianas, certificadas como examinadoras táctiles del programa ‘Manos que salvan vidas’.
“Para mí, el sentido del tacto lo es todo, y en esta oportunidad es una gran responsabilidad también. Soy ciega, pero eso ha hecho que se desarrolle al máximo mis sentidos y yo veo a través de lo que escucho y las texturas. Estar en ‘Manos que salvan vidas’, ha sido para mí un crecimiento personal y profesional y de satisfacción personal porque es un método que tiene como objetivo detectar a tiempo el cáncer y darle un tratamiento adecuado”, cuenta Saray.
Esta iniciativa que en el mundo se conoce como ‘Discovering hands’, es un programa creado por el médico alemán Frank Hoffman, en el cual mujeres invidentes realizan exámenes exploratorios a otras mujeres como método preventivo del cáncer de seno. Ahora, llega a Colombia, específicamente a Cali, bajo el nombre de ‘Manos que salvan vidas’ y de la mano del CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, que escogió a la capital del Valle del Cauca como ciudad piloto para la implementación en todo el continente. De esta forma Colombia será un modelo de prevención de una de las enfermedades que se ha convertido en la principal causa de muerte entre la población femenina a nivel continental.
El programa cuenta con la participación de cinco mujeres invidentes que fueron capacitadas como ‘Examinadoras Táctiles’, quienes realizan una exploración minuciosa que dura entre 45 y 50 minutos, y solo con la sensibilidad de sus manos detectan la presencia de masas en un 40 por ciento mayor de eficacia que el examen convencional.
“Esto se logra gracias a que las mujeres invidentes logran desarrollar de una manera increíble su sentido del tacto. Este es su contacto con el mundo y por eso tienen unos niveles de sensibilidad extraordinarios, que una persona vidente no podría desarrollar”, explica Ana Mercedes Botero, directora de Innovación Social del Banco de Desarrollo de América Latina.
De Europa para el mundo
El contacto inicial con el creador del programa, el médico Frank Hoffman, se realizó en 2013, cuando la directora de Innovación Social de la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, buscaba una iniciativa que uniera dos elementos sociales importantes: la prevención de enfermedades y la inclusión laboral.
“Por tratarse de un método muy sencillo y menos agresivo que una mamografía, pueden acceder personas desde los 20 años, que quieran prevenir o descartar la presencia de la enfermedad. Entonces de esta manera estamos atendiendo un problema de salud pública, porque un caso de cáncer no solo genera costos altísimos para el sistema de salud, sino también para la familia y el desgaste emocional es enorme. Adicionalmente, estamos generando oportunidades laborales para que las personas con discapacidad, que no solo tiene un factor productivo, sino también un compromiso social enorme”, dice Ana Mercedes Botero, de la CAF.
Para la implementación del programa piloto en Colombia tuvieron que pasar varios años, en los que, inicialmente, representantes de la CAF se reunieron con el médico alemán para analizar la situación del cáncer de seno en el continente y se pudiera realizar la traducción al español del protocolo de estructuración y los requisitos para elegir a las examinadoras, las cuales se prefiere que sean mujeres para generar una mayor confianza con las pacientes.
Con la ayuda del Sena, y a través de una convocatoria en la que participaron cerca de 30 mujeres del Valle del Cauca, se escogieron a las cinco que iniciarían el programa en Colombia.
A esta iniciativa se unieron también entidades públicas y privadas como el Instituto para niños ciegos y sordos del Valle del Cauca, la Secretaría de Salud de Cali, el hospital San Juan de Dios, el Centro de Rehabilitación Visual Integral, la Universidad Santiago de Cali, la Fundación Bayer y Tecnoquímicas, logrando crear lo que la CAF denomina “un ecosistema perfecto para el nacimiento del proyecto”.
Una persona vidente, pero que tiene la experiencia de capacitar a la población invidente, viajó a Alemania para conocer de cerca el programa y convertirse en instructora del grupo de mujeres en Colombia, quienes ahora tienen la responsabilidad de ser multiplicadoras de la iniciativa, que ya ha llamado la atención de países como México y España, entre otros.
Al alcance de todos
Para la médica Margarita Almario, “este programa es muy interesante desde el punto de vista médico, porque primero le da una oportunidad laboral a una población discapacitada, y segundo los pacientes en una forma bastante rápida y eficiente, con unas instalaciones que no requieren de mucha tecnología, pueden acceder a un examen muy detallado, que resulta muy eficiente para la detección temprana del cáncer”.
Para el examen, a la paciente se le coloca en su pecho unas cintas que hacen las veces de líneas cartesianas, para que la examinadora pueda tener un mapa mental del cuerpo que va a explorar. Después se pasa el informe al médico general o ginecólogo frente al hallazgo o no de cuerpos irregulares, para que analice los primeros resultados y constate con una ecografía el diagnóstico inicial.
Actualmente, los centros médicos vinculados con el proyecto ‘Manos que salvan vidas’ son los únicos que ofrecen el servicio a sus pacientes.
Fuente: Revista Semana