Colombia desarrolla una ruta de atención para facilitar el manejo integral de esta enfermedad, padecida por 65 millones de personas en el mundo.
El 1,3 % de la población colombiana padece epilepsia, enfermedad que representa el 0,8% de las causas de mortalidad en el país. Para reducir su incidencia, la Subdirección de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social desarrolló la Ruta de Atención Integral en Salud Mental y Epilepsia en el marco del nuevo Modelo Integral de Atención en Salud (#MIAS).
La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que afecta a personas de todo el mundo. Se caracteriza por convulsiones recurrentes, desencadenadas por el exceso de actividad eléctrica en el cerebro, y afecta funciones de movimiento, comportamiento y pérdida del estado de conciencia en los individuos que la tienen.
“Para la Política de Atención Integral es prioritaria la salud mental y sus problemas y trastornos –comentó José Fernando Valderrama Vergara, subdirector–. Es así que, habiendo desarrollado esta ruta, el reto es su implementación, con la necesidad de entrenamiento para los profesionales de atención primaria que estarán en capacidad de evaluar tanto las diferentes manifestaciones de la epilepsia como los trastornos y problemas mentales que la acompañan. A estos profesionales se integrarán, en el componente primario, un equipo con capacidades para el manejo del paciente en los aspectos biológicos y psicosociales”.
Durante 2016, y con el propósito de avanzar en la implementación progresiva de esta ruta de atención, el Ministerio de Salud y Protección Social, con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud y cuatro universidades del país, formó a más de 1.500 profesionales de la salud no especialistas en el diagnóstico y manejo oportuno de la epilepsia y los problemas y trastornos mentales que la acompañan.
En el marco del Día Contra la Epilepsia, Valderrama destacó que la ruta busca abordar las necesidades del individuo con epilepsia, su familia y comunidad desde acciones en los entornos de vida cotidiana. “El tratamiento de una persona con epilepsia no debe restringirse a la formulación de la medicación anticonvulsionante; es necesario un abordaje clínico y psicosocial que se centre tanto en la adherencia y la respuesta al tratamiento, como en mejorar la calidad de vida, el desempeño laboral y/o escolar y la dinámica familiar y social”.
Agregó que una de las razones por las cuales la Organización Mundial de la Salud decidió incluir a la epilepsia entre las patologías mentales ha sido la presencia de comorbilidades psiquiátricas en las personas que la presentan. “Es relevante que se reconozcan tempranamente sus manifestaciones y sus comorbilidades y reciban la atención indicada, superando los mitos y encarando el estigma al que pueden verse abocados”.
Las condiciones psiquiátricas asociadas a la epilepsia son: depresión (puede presentarse hasta en el 33%); ansiedad (manifestación común en niños y adolescentes); psicosis (tienen relación con la presencia de crisis epilépticas con alucinaciones e ideas delirantes); alteraciones cognitivas (dificultades de aprendizaje en el 34% de los casos); trastornos por déficit de atención (30% de los niños con epilepsia lo presentan), y autismo (hasta el 40% de los niños con trastornos del espectro autista pueden presentar epilepsia).
Figura 1. Tasa ajustada de mortalidad por epilepsia, por 100.000 habitantes, en Colombia de 2005 a 2014
Fuente: Elaboración propia a partir de la Bodega de Datos SISPRO (SGD), Registro de Estadísticas Vitales DANE, consulta realizada en febrero10 de 2017