Se trata de un problema de salud pública. La vacunación contra el Covid-19 es un tema delicado y trascendente, de cara a darle solución a la problemática que desde hace casi un año azota al mundo. Dos biológicos prometen tener resultados en un tiempo relativamente corto, sin embargo, el miedo de posibles reacciones adversas puede generar cierto rechazo en la población. En este sentido, surge la pregunta ¿será obligatoria la aplicación de la vacuna contra el nuevo coronavirus?
Según explicó el epidemiólogo Bruce Aylward, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ente sanitario dejaría la decisión en manos de cada país. «En la organización lo que queremos es fomentar la aceptación voluntaria de la vacuna, así como el comportamiento de las personas para que busquen obtenerla. Queremos que las personas entiendan los beneficios de las vacunas y su calidad, más allá de que sea algo requerido o mandatorio”.
Colombia, a través del Ministerio de Salud y Protección Social, ya ha comunicado que las vacunas que lleguen al país para combatir el Covid-19 formarán parte del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) y serán aplicadas gratuitamente a la población priorizada. Más adelante, cuando se disponga de una cantidad de dosis mayor, el Estado vacunará al resto de las personas.
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A través de una entrevista publicada por Caracol Radio sobre este tema, expertos aseguran que existe un principio llamado ‘dignidad humana’ con el que las personas se pueden negar a realizar un procedimiento médico. En este sentido, no será obligatoria la aplicación de la vacuna en el país y cada persona tendrá la potestad de decidir si aplicársela o no, a menos que exista alguna excepción o que, por cuestiones de fuerza mayor, el Estado emita alguna normativa al respecto.
Obligatoriedad en otros países
Muchos países ya se han pronunciado acerca de la posible obligatoriedad de la vacuna contra la nueva enfermedad. Australia, por ejemplo, anunció que, una vez esté lista, será obligatoria para sus 25 millones de ciudadanos.
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En una posición contraria Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, ha recalcado que la vacuna no será obligatoria en su país. «Imponer obligaciones definitivamente no está en los planes».
En Italia, el debate se mantiene abierto. Su primer ministro, Giuseppe Conte, se inclina hacia la voluntariedad de la vacuna, pero la oposición se ha rebelado contra esa decisión, pues consideran que el fin último debe ser alcanzar la ‘inmunidad colectiva’. Tampoco se lo plantean en Francia, donde ya han diseñado un plan de vacunación, priorizando a las personas más vulnerables.
La OMS ha advertido que, para dar por terminada la pandemia, aproximadamente un 70% de la población mundial debería inmunizarse, sin embargo, asegura, «una vacuna no resolverá la subinversión global en la salud pública y en sistemas sanitarios fuertes, ni la urgente necesidad de tener un enfoque único que incluya a la salud humana, la de los animales y la del planeta».