Así funciona la tecnología utilizada por Pfizer y Moderna en su vacuna contra el Covid-19

Las propuestas de las empresas estadounidenses Pfizer/BioNTech y Moderna sobre la tecnología con la que desarrollan el biológico contra el Covid-19 han revolucionado a la industria en el mundo. Los ensayos clínicos de ambas mostraron una eficacia superior al 90% en su tercera fase de ensayos, y es que, por primera vez, la propuesta del ARN mensajero sintético se empieza a materializar.

Según explicó Infobae en un trabajo de investigación sobre el tema, se trata de una variación ingeniosa de la sustancia natural que dirige la producción de proteínas en las células de todo el cuerpo.

“Las vacunas convencionales se pueden elaborar a partir de virus inactivos (como polio o la gripe), atenuados (sarampión, fiebre amarilla) o simplemente proteínas llamadas antígenos (hepatitis B). Pero con la propuesta de Pfizer y Moderna se inyectan en el cuerpo hebras de instrucciones genéticas llamadas ARN mensajero, es decir, la molécula que le dice a nuestras células qué hacer. Cada célula es una minifábrica de proteínas, según las instrucciones genéticas contenidas en el ADN de su núcleo”.

Según lo explicado a Infobae por el médico genetista Jorge Dotto, uno de los referentes y expertos en genética del mundo, empezó una nueva etapa del desarrollo de las vacunas. El mundo se dirige hacia las vacunas de tecnología de ARN mensajero. Todos los laboratorios del mundo que las fabrican van a tener que considerar utilizar este tipo de tecnología. “Cuando entendamos sobre la precisión de lo que se está generando, no va a haber vuelta atrás”.

Indica el experto que el ARN mensajero de la vacuna se fabrica en laboratorio. A través del biológico se inserta en el cuerpo y toma el control para fabricar proteínas o antígenos específicos del coronavirus: sus espículas (las puntas que están en su superficie y le permiten adherirse a las células humanas para penetrarlas).

Foto: elindependiente.com

“Estas proteínas, inofensivas en sí mismas, serán liberadas por nuestras células tras recibir las instrucciones de la vacuna, y el sistema inmunológico, en respuesta, producirá anticuerpos. Estos anticuerpos permanecerán de guardia durante mucho tiempo -según se espera- con la facultad de reconocer y neutralizar el nuevo coronavirus en caso de que nos infecte”.

Para el genetista, el ARN mensajero es una tecnología revolucionaria, que le da al sistema inmune la instrucción para generar la proteína, con un nivel de precisión nunca antes encontrado.

“Antes de la llegada de estas vacunas, la genética se comprendía como algo muy lejano, invisible y, por supuesto, incomprensible. Hoy la gente entiende de qué se trata. La genética es una manera de entender mecanismos y dar soluciones. Ya no forma parte de un campo lejano y de ciencia ficción».

La ventaja es que con este método no hay necesidad de cultivar un patógeno en el laboratorio, porque es el organismo el que hace la tarea. Es por esta razón que estas vacunas se desarrollan más rápidamente.

Con las vacunas de ARN, todo lo que se necesita es la secuencia del antígeno, dijo a la AFP David Weissman, un inmunólogo que coinventó una técnica perfeccionada a mediados de la década de 2.000 que allanó el camino para esta tecnología. Ahora es consultor de BioNTech.

La desventaja es que esta vacuna, envuelta en una cápsula protectora de lípido, debe almacenarse a muy baja temperatura porque el ARN es frágil.

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