Especial cáncer de mama: esta enfermedad es capaz de sacar toda la fortaleza que hay dentro de cada uno

Cada día son más, por esto en Gestarsalud.com presentaremos una serie de artículos especiales para generar conciencia desde el testimonio humano sobre el cáncer de mama, un problema de salud pública que aumenta considerablemente en Colombia y el mundo. Es considerada la principal causa de muerte por cáncer en las mujeres del país, ante lo cual se hace necesario reforzar los mensajes sobre los modos, condiciones y estilos de vida; autocuidado, tamización, signos y síntomas asociados a la enfermedad en un afán de minimizar los índices de aumento de casos que en este sentido se están dando y de acentuar en las personas la importancia de acudir a los servicios de salud oportunamente.

El Ministerio de Salud y protección Social ha informado que la mortalidad por cáncer de mama en mujeres va en ascenso anualmente. Mientras que en 2009 se registraron 2.243 muertes, en 2019 fueron 3.535; lo que representa un incremento del 36,5%. En una década la enfermedad cobró un total de 22.174 vidas, en mujeres entre los 30 y 70 años.

En este sentido, resulta imperante y prioritario el despliegue sostenido de acciones para fortalecer la promoción de la salud y la detección temprana del cáncer de mama por parte de las entidades territoriales, EAPB e IPS. Nubia Bautista, subdirectora (e) de Enfermedades No Transmisibles de la cartera de salud colombiana, insiste que un diagnóstico temprano trae mejoras en la calidad de vida de las mujeres que padecen la enfermedad y trae como consecuencia una considerable disminución de la mortalidad por esta causa.

Las recomendaciones de la experta van orientadas en este sentido:

  • Practicarse el autoexamen de mama una vez al mes, preferiblemente cinco días después del periodo menstrual.
  • Conocer los signos de alarma: masas en la mama o en la axila, engrosamiento de la piel o retracción del pezón, cambios en el color de la piel de la(s) mama(s), asimetría inusual de las mamas, ulceraciones de la mama o del pezón y secreciones espontáneas por el pezón o sangrado.
  • La práctica del autoexamen no es un examen de tamización, ni reemplaza la realización de las pruebas de mamografía en las edades indicadas.
  • Realizarse un examen clínico de las mamas cada 12 meses, a partir de los 40 años.
  • Realizarse una mamografía cada 2 años, a partir de los 50 años.
  • Acudir siempre con el reporte de la mamografía anterior y, si es la primera, conservarla para la siguiente.

El cáncer de mama no es una enfermedad única, aseguran los expertos. La enfermedad se origina cuando las células del tejido mamario comienzan a crecer de manera descontrolada, lo que provoca la formación de tumores. Pero no todos los tumores se comportan igual y la enfermedad puede desarrollarse de muchas maneras, afectando a cada persona de forma diferente. Después de confirmar el diagnóstico, el médico establecerá qué tipo de cáncer de mama es el que tiene el paciente y cuál será su tratamiento.

Uno de los tantos diagnósticos dados en ese mar de probabilidades que hay, fue el que tuvo Katerine Cabrera, líder de Enlace Corporativo de Gestarsalud, quien nos permitió recorrer con ella uno de los momentos más difíciles que le ha tocado vivir y superar: el cáncer de mama.

Katerine compartió cómo fue ese proceso que, entre la vida la muerte, debió librar. Presentamos su testimonio, como muestra de superación, valentía y optimismo frente a una de las enfermedades que más afecta a las mujeres hoy en día, en Colombia y el mundo.

GS: ¿qué fue lo primero que sintió en su cuerpo como síntoma del cáncer? ¿Pensó que era esa enfermedad?

KC: lo primero que sentí fue un corrientazo en el seno izquierdo y asumí que era el periodo menstrual, que debía llegar 8 días después. En efecto, llegó mi periodo y quedé tranquila, pero luego de 5 días me vi en el espejo y en el seno izquierdo tenía una especie de vacío en la parte lateral externa. De inmediato, pensé que era cáncer.

Tan pronto como pude fui al médico y me mandó a hacer una ecografía de mama, la cual arrojó que no había nada que temer, sólo unas bolitas de líquido. No quedé conforme con este resultado y me repetí el examen 8 días después. El nuevo resultado fue el mismo. Sentí rabia en ese momento porque yo sabía que sí debía preocuparme por algo, entonces me acerqué con la ginecóloga. Ella afirmó que lo percibido en el examen físico y el resultado de las ecografías no correspondían, por lo que me ordenó una resonancia magnética y me remitió con el mastólogo.

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GS: ¿Cree que el cáncer se puede prevenir? 

KC: en algunos casos sí, con el autoexamen, pero hay casos en los que se presenta por temas genéticos, que parecen ser inevitables. Una vida saludable ayuda a prevenir cualquier enfermedad o, por lo menos, ayuda a que su manifestación sea menos agresiva.

A todas las mujeres les diría que no se dejen de hacer el autoexamen. Que aprendan a conocer su cuerpo, que crean en sus instintos, que se alimentan siempre de manera saludable y sin excesos.

GS: ¿cree que en su caso faltó más prevención para evitar desarrollar esta enfermedad?

KC: me faltó aprender a controlar mi estrés, que por diversos temas no supe manejar. Eso pudo ser determinante en mi enfermedad, porque las demás cosas que se recomiendan como medidas de prevención sí las cumplí.

GS: ¿cómo siente que el sistema de salud colombiano atendió su caso? ¿Sugeriría mejorar algunas cosas? ¿Qué ha sido lo mejor de todo el proceso en este sentido?

KC: al inicio fue bastante lento el proceso. A mí me diagnosticaron el cáncer el 21 de noviembre de 2019 y me enviaron al mastólogo, pero en la IPS que me asignaron no había citas para el mismo año, tampoco agenda disponible para el año siguiente. Yo sabía que este era un tema que no daba espera, por lo que acudí a un mastólogo particular y avancé con más exámenes esenciales mientras se gestionaba la cita. La EPS me ayudó a cambiarme de prestador y me remitieron al Centro Javeriano de Oncología del Hospital San Ignacio, el 18 de diciembre de 2019. Ese mismo día me informaron que debía iniciar quimioterapias lo antes posible. El 30 de diciembre fue la primera.

Katerine Cabrera

Hay que mejorar muchas cosas sin duda. Hace falta más talento humano médico para estos temas, también hacen falta más IPS que traten la especialidad, porque son muy pocas e insuficientes las que hay. Lo mejor en este sentido fue haber llegado a una institución como el Centro Javeriano de Oncología del Hospital San Ignacio, donde tratan al paciente de manera integral y están conscientes de que esto es una carrera contra el tiempo.

GS: ¿Cuáles han sido los efectos más duros para usted? 

KC: cada quimioterapia tuvo en mí efectos diferentes. Los más duros fueron diarrea- que me hacía ir al baño cada 20 minutos y así duré 2 días.  En otra quimioterapia tuve un estreñimiento, que me hizo sentir en labor de parto. Además de esto, sentí mucha debilidad, náuseas, la caída de cabello y resequedad en la piel.

GS: ¿qué sabe hoy sobre el cáncer, que anteriormente jamás se hubieras imaginado?

KC: lo rápido que te invade. Que es capaz de sacar toda la fortaleza que está dentro de ti.

GS: ¿qué le diría a los médicos para que la calidad de vida del paciente mejore en el proceso de tratar esta enfermedad?

KC: yo quiero decirles a los médicos que más allá de los resultados de exámenes es necesario que crean en lo que el paciente les transmite. Es importante que se tomen su tiempo para explicar en detalle y de manera clara el paso a paso del tratamiento y todos los efectos posibles que podría tener, para que los pacientes y sus familiares estén preparados.

GS: si pudiera inventar una medicina o un aparato para que otras pacientes no sufrieran tanto ¿cuál sería su principal efecto y para qué serviría puntualmente?

KC: sería un medicamento que sirva para mitigar las náuseas, vómitos, diarrea y estreñimiento. Todos son síntomas que debilitan tanto.

GS: ¿cree que el cáncer tiene algo que ver con las emociones? ¿O es algo puramente físico?

KC: es una mezcla de ambas cosas, pero sin duda las emociones pueden acelerar su aparición.

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