Se frena producción de vacuna de Oxford contra Covid-19 por posible reacción adversa

Ayer, un portavoz de la farmacéutica AstraZeneca anunció que la vacuna desarrollada por la empresa, la cual cuenta con el apoyo de la Universidad de Oxford y es una de las que ha mostrado más avances en sus fases de evolución, ha sido suspendida debido a una sospecha de grave reacción adversa en un participante del Reino Unido. 

«Esta es una acción de rutina que sucede siempre que hay una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos mientras se investiga, asegurándonos de que se mantiene la integridad de los estudios. Uno de los participantes sufre una enfermedad potencialmente inexplicable», anunció la compañía.

Era una posibilidad que un hecho de este tipo sucediera. Tanto la farmacéutica como los países que entablan negociaciones con ella están conscientes de que experimentos de este tipo, en los tiempos planteados, resultan en riesgo altos frente a posibles fracasos o fallas. Por el momento no está claro quién determinó la suspensión, aunque es posible que AstraZeneca lo haya hecho voluntariamente. Tampoco hay detalles de la naturaleza de la reacción que obligó a la suspensión de la fase III de la vacuna.

Lo último que se supo durante el desarrollo de esta tercera fase fue que los gobiernos de México y Argentina serían los encargados de la producción y distribución de la vacuna contra el Covid-19 en el continente, una vez que AstraZeneca- de la mano con la Universidad de Oxford- aprobaran su comercialización.

La responsabilidad de comenzar a producir la vacuna, incluso antes de su aprobación final, sería del laboratorio argentino mAbxience, del Grupo Insud, y el laboratorio mexicano Liomont se encargaría del proceso de formulación y envasado.

Ahora es necesario esperar un pronunciamiento más extenso por parte de la compañía para saber cuál es la afectación real del hallazgo en la evolución del experimento y en la estrategia de producir el biológico al tiempo que se prueba.

Prueban vacuna china en Perú

El canciller peruano, Mario López, la ministra peruana de Salud, Pilar Mazzetti y el embajador chino en Lima, Liang Yu, recibieron el pasado 2 de septiembre a la misión china que coordinará los ensayos clínicos de la vacuna, elaborada por el grupo chino Sinopharm, en el país. Los designados asiáticos llevaron un lote de vacunas contra el Covid-19 que en fase de prueba comenzaron a inyectarse a 6.000 voluntarios peruanos desde ayer, 8 de septiembre.

Los participantes, que deberán tener entre 18 y 75 años y no haber contraído el virus, fueron reclutados por las universidades Cayetano Heredia y San Marcos, que apoyan la investigación china en Perú. Los voluntarios serán divididos en tres grupos de 2.000 personas: uno recibirá la cepa de Wuhan, otro la de Pekín y el tercero un placebo.

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